22/10/2015
PRINCIPIOS BÁSICOS PARA EL ESTABLECIMIENTO DE REGLAS EN CASA
Te has preguntado, ¿Por qué mis hijos no siguen las reglas?, ¿Que falta para que hagan lo que les pido?; ya intentaste de todo, ya hablaste, gritaste, castigaste, prometiste premios, y nada….. ¿Nada parece funcionar?.
Aquí encontraras algunos principios básicos que pueden ayudarte a establecer las reglas, hasta volverlas un hábito en casa.
1. Valores vs reglas
Los valores y las reglas, son cosas distintas; van de la mano, eso es cierto, con el establecimiento de reglas se puede lograr el desarrollo de los valores, sin embargo, los valores no pueden ser reglas en sí mismos.
Los valores como el respeto, la humildad, la responsabilidad, la honestidad, la perseverancia, la prudencia, etc., son términos ambiguos, difíciles de comprender y están sujetos a la interpretación individual. ¿Si no me cree?, responda ¿Qué significa el respeto?, ahora haga la misma pregunta a otra persona, ¿le quedó claro el concepto?, ¿le respondió lo mismo que usted pensó por respuesta?, ¿se puede traducir a acciones concretas?, si respondió a alguna de estas preguntas con un “no”, entonces estamos listos para continuar.
Las reglas se traducen en acciones concretas y fáciles de comprender. Siguiendo el ejemplo del respeto, se podrían implementar reglas tales como:
a) Hablar de manera adecuada (sin groserías, sin gritos)
b) Pedir las cosas ajenas, antes de tomarlas
c) Cuidar lo prestado
d) Prohibidos los golpes
e) Atender las ordenes de los padres
2. Consecuencias creativas
Si se aplica la misma consecuencia indiscriminadamente para cualquier falta, se puede obtener: 1) el cese de la acción (en algunas ocasiones o hasta cierto momento), o 2) la costumbre (si la consecuencia es siempre quedarse sin ver tele, llegará el momento que esto carezca de importancia para el menor),
Las consecuencias deben ser distintas; adecuadas a cada falta y con doble intención; uno, el cese de la acción inapropiada; y dos, el aprendizaje de una acción correcta, es decir, debe tener relación con la falta y con el objetivo a lograr. El establecimiento de consecuencias da paso a la creatividad de los padres, no le teman a su imaginación y busquen generar hábitos positivos en sus hijos.
Entonces los golpes, los gritos, las descalificaciones no parecen ser buenas consecuencias ¿verdad?.
3. Promesa hecha, promesa cumplida
Toda consecuencia, vista como premio o castigo, debe ser cumplida, por lo que es importante pensarlo bien, antes de aventurarse a poner consecuencias que no podrán cumplir. De no tomar en cuenta este principio, perderán credibilidad ante sus hijos y les pasará como el cuento de Pedro y el lobo imposibilitándose como figuras de autoridad.
4. Congruencia
Sé congruente, si vas a poner una regla, asegúrate de ser el primero (a) en llevarla a cabo, si tú no puedes o encuentras cualquier pretexto para romperla. Fijo, fijo, tus hijos no podrán hacer un hábito de ello. Si tu eres grosero (a), ¿con qué cara le pides a tu hijo que no lo sea?
5. El tiempo difiere
El tiempo no es lo mismo para los adultos que para los niños, corre para nosotros mientras que para ellos va lento, ¿recuerdan algún viaje que hicieron de niños, o la espera de un cumpleaños?, ¿no parecía eterno?. Conforme crecemos el tiempo parece acortarse y en ocasiones pedimos al Dios Cronos nos dé una tregua porque los años vuelan ¿no es cierto?, por lo que castigar a un niño una semana puede generarle demasiada angustia, los castigos deben considerarse en tiempos cortos para que puedan cumplirse y trabajar en que se adquiera el aprendizaje positivo.
6. No es lo mismo los 3 mosqueteros que 10 años después
Las reglas y las consecuencias deben evolucionar, es muy probable que una regla funcional hoy, el día de mañana pierda sentido, ya no hablemos de la diferencia entre las edades, algunas reglas tendrán que ser diferentes aplicadas a niños de 5 años y a adolescentes de 15, es importante generar en los hijos un criterio propio, y entonces ellos podrán negociar tanto reglas como consecuencias, siempre tomando en cuenta los anteriores principios.
7. Contrato no escrito, contrato ilegitimo
Es importante, que los adultos (los padres, abuelos o quienes se encarguen de la crianza de los menores) estén de acuerdo en la implantación tanto de las reglas como de las consecuencias y hagan un tipo contrato por escrito, porque lo que se dice, al igual que con los valores puede ser sujeto a interpretaciones individuales y posteriormente se puede argumentar un “tú no me dijiste”, “yo entendí otra cosa” o por parte de los adultos “yo no sabía y por eso no hice que la consecuencia se cumpliera”, etc. Así que con un documento firmado por todos los integrantes, se vuelve un contrato legítimo y todos estarán en la misma sintonía en cuanto a las consecuencias, haciendo que se cumplan.
Las reglas, los limites y los valores son necesarios, tienen la función de protección y seguridad, siempre y cuando sean congruentes y puedan ser negociables, una hogar sin reglas, es un hogar en caos, no las demos por hecho.