17/06/2025
https://www.facebook.com/share/p/1C2MpjDvq6/
“EMPEZÓ A PINTAR A LOS 76… Y TERMINÓ COLGANDO SUS CUADROS EN EL MoMA.”
Mi nombre es Anna Mary Robertson Moses, pero el mundo me conoció como Grandma Moses.
Nací en 1860, en una granja perdida de Nueva York.
Desde niña, soñaba con pintar. Pero la vida me puso a trabajar.
A los 12 ya limpiaba casas.
A los 27, era madre.
Tuve 10 hijos. Solo 5 sobrevivieron.
Cociné, lavé, crié, sembré.
Mi vida fue tierra, silencio y aguante.
Y entonces, a los 76 años, ya viuda y con los hijos lejos, me quedé sola.
Las manos me dolían por la artritis… pero no me temblaban al pintar.
Compré mis primeros pinceles con lo que me sobró de la compra.
Pintaba granjas, inviernos, caballos, pueblos, meriendas al sol.
No por fama. Por memoria.
Quería que no se olvidara cómo era la vida antes.
Sin ruido. Sin prisa.
Un día, un coleccionista vio mis cuadros en una tienda del pueblo.
Los compró todos.
Poco después, mis obras estaban colgadas en el MoMA.
Y yo, a los 80, salía en la revista Life.
Entre los 76 y los 101 pinté más de 2.000 cuadros.
Nunca dejé de sentirme campesina.
Pero aprendí que hay cosas que florecen cuando por fin las dejamos salir.
“Nunca es tarde si el alma aún guarda color.”
— Grandma Moses