27/07/2025
A Pooh y Piglet se les ocurrió que no habían sabido de Igor durante varios días, así que se pusieron sus sombreros y abrigos y trotaron a través del bosque de los cien acres hasta la casa de palitos de Igor. Dentro de la casa estaba Igor.
"Hola Igor", dijo Pooh.
"Hola Pooh. Hola Piglet," dijo Igor, con una voz que sonaba triste.
"Solo pensamos en ver cómo estás", dijo Piglet, "porque no habíamos sabido de ti, así que queríamos saber si estabas bien"
Igor guardó silencio por un momento. "¿Estoy bien?" preguntó, finalmente. "Bueno, no lo sé, para ser honesto. ¿Alguno de nosotros está realmente bien? Eso es lo que me pregunto. Todo lo que puedo decirles, es que ahora mismo me siento bastante triste, y solo, y no es nada divertido estar cerca de mi. Por eso no los he molestado. Porque no querrían perder su tiempo pasando el rato con alguien que está triste, solo, y con quien no es muy divertido estar, ¿verdad?"
Pooh echó un vistazo a Piglet, y Piglet miró a Pooh, y ambos se instalaron, uno a cada lado de Igor en su morada de ramitas.
Igor los miró con sorpresa. "¿Qué están haciendo? "
"Estamos sentados aquí contigo", dijo Pooh, "porque somos tus amigos. Y a los verdaderos amigos no les importa si alguien se siente triste, o solo, o no es muy divertido. Los verdaderos amigos están ahí para ti de todos modos. Y aquí estamos. "
"Oh", dijo Igor. "Oh". Y los tres se sentaron allí en silencio, y aunque Pooh y Piglet no dijeron nada en absoluto; de alguna manera, casi imperceptiblemente, Igor comenzó a sentirse un poco mejor.
Porque Pooh y Piglet estaban allí.
Ni más; ni menos.
(A.A. Milne, E.H. Shepard)