27/09/2025
Súper importante esforzarnos en brindar estabilidad a nuestros hijos!!
Estudios cerebrales recientes han revelado que los niños que viven con familias inestables, donde están expuestos a constantes discusiones entre sus padres o sufren abuso o abandono, presentan cambios cerebrales similares a los de los soldados de combate tras regresar del servicio activo. En algunos casos, el cerebro de los niños maltratados se encuentra en peores condiciones que el de los soldados de combate.
El trauma infantil y el que experimentan los soldados de combate pueden generar cambios similares y duraderos en la estructura y la química cerebral. La razón principal es que el cerebro, ya sea en desarrollo o maduro, se adapta a un entorno impredecible y de alto estrés entrando en un estado persistente de hipervigilancia, priorizando la supervivencia sobre otras funciones.
La diferencia clave radica en el contexto del trauma. El cerebro de un niño aún está en desarrollo, lo que lo hace muy susceptible a la alteración de sus estructuras y funciones básicas. El cerebro de un soldado, que ya está maduro, se ve afectado por el estrés extremo, pero su alteración es menos profunda que la de un niño.
El proceso neurobiológico compartido: un sistema de alarma interno hiperactivado.
El trauma obliga al cerebro a iniciar una respuesta de "lucha, huida o congelación" para sobrevivir. Cuando este estado se vuelve crónico, altera el funcionamiento básico del cerebro, creando un estado de alerta constante y elevada. Este proceso afecta a regiones cerebrales clave implicadas en la emoción, la memoria y el pensamiento racional.
Me estoy quedando sin espacio aquí, pero en la sección de comentarios detallaré cada región cerebral afectada y alterada por el trauma.
Si tienes hijos, lo mejor es no discutir nunca en su presencia y tratarlos siempre con amor, paciencia, respeto y cariño, castigarlos con suavidad cuando sea necesario y usar el mal comportamiento como una oportunidad de aprendizaje en lugar de castigar severamente a tu pequeña creación.
Si experimentaste un trauma de niño y nunca realizaste un trabajo intencional para sanar tu cerebro o sistema nervioso, es probable que estés experimentando síntomas crónicos hasta bien entrada la edad adulta. La buena noticia es que, si estás dispuesto a trabajar, el daño probablemente no sea permanente. Tu trauma nunca fue tu culpa, pero sanar se ha convertido en tu única responsabilidad.