06/08/2025
Soy débil en este mundo y, aun así, me escogiste. Miles me avergonzaron, pero tú me has dado fuerza para continuar de pie. He sido vil y menospreciado; jamás me jacté de mis talentos, sino que te di honra y gloria por la gracia que, sin merecer, pusiste en mí.
Amado Jesús, justifícame, santifícame, redímeme, glorifícate en mi debilidad. Usa lo roto para tu propósito. Heme aquí sin entender, heme aquí sin saber; solo quiero ver qué haces de mí.
Soy por ti y para ti. Tú eres mi propósito, eres mi porqué y para qué, eres mi todo. No me guardaré nada en este mundo, lo daré todo. Exprimiré hasta la última gota de lo que soy, para que, cuando llegue la muerte, me encuentre inservible, sin nada que me pueda quitar.