11/11/2025
𝗟𝗮 𝗶𝗺𝗽𝗼𝗿𝘁𝗮𝗻𝗰𝗶𝗮 𝗱𝗲 𝗹𝗶𝗺𝗽𝗶𝗮𝗿 𝗹𝗮 𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗱𝗲 𝗰𝗿𝗲𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮𝘀 𝗿𝘂𝘁𝗶𝗻𝗮𝗿𝗶𝗮𝘀
"No me juzguen. Tengo 48 años y llevo 22 casada con el mismo hombre. Todo el mundo dice que soy una mujer afortunada porque tengo una vida estable. Mi esposo no me ha fallado, no tom@, no me grit@, no sale con amigos cada fin de semana, no me falta nada. Pero yo, aunque no me falte nada, siento que ya no soy nada.
Nos levantamos todos los días a las cinco. Yo preparo el desayuno, él se baña, desayunamos casi sin hablar, y cuando se va al trabajo, recojo los platos y empiezo el día. Lavo, trapeo, tiendo la cama, organizo todo, y el silencio me acompaña en cada cosa.
A veces pienso que mi matrimonio no tiene nada malo, solo que se quedó sin alma. No peleamos, pero tampoco reímos. No dormimos separados, pero entre los dos hay un espacio enorme. A veces me da culpa pensar que me siento sola, porque sé que hay mujeres que darían todo por tener un hombre tranquilo como el mío. Pero no puedo evitarlo. Me siento invisible.
Por las tardes, cuando él regresa del trabajo, me pregunta si ya cené. Comemos juntos, pero en silencio. Yo intento contarle algo, le hablo de mis nietos, de lo que hizo mi hija, de lo que vi en televisión, pero él responde con monosílabos. “Ah”, “sí”, “bueno”. Luego prende el televisor y se queda dormido en el sillón. Yo recojo los platos, apago las luces y me voy a acostar sola, aunque esté a su lado.
Los fines de semana son iguales. Si salimos, es al supermercado o a visitar a la familia. Yo cocino, sirvo, recojo, y vuelvo a cocinar. Nadie me pregunta cómo me siento, ni qué quiero hacer, ni qué sueño tengo. Ni siquiera yo me lo pregunto ya.
A veces me miro al espejo y me cuesta reconocerme. Ya no me arreglo, ya no me compro ropa para mí. Siento que solo existo para mantener la casa en orden, para cuidar, para atender, para servir. No me siento esposa, ni mujer, ni persona. Me siento un mueble más de la casa.
Y me da culpa decirlo, porque no me falta nada, pero al mismo tiempo me falta todo. Me da miedo pensar que esto sea la vida: tenerlo todo y no sentir nada".
Historia anónima...