21/10/2025
No siempre es por estar mucho tiempo sentado: las piernas hinchadas pueden estar avisando algo más.
A veces lo notamos al final del día: los zapatos aprietan, los tobillos se ven más grandes, las piernas pesan como si llevaras una carga invisible. Y lo primero que pensamos es: “seguro es solo retención de líquido”. Pero lo cierto es que no siempre es tan simple.
Las piernas hinchadas pueden ser una señal de algo que está ocurriendo más allá de lo visible. Detrás de esa inflamación pueden esconderse problemas del corazón, del hígado, de los riñones o del sistema venoso, que poco a poco comienzan a reflejar su esfuerzo en la parte más baja del cuerpo.
Cuando el corazón se debilita, el líquido preciado hemático no regresa con la misma fuerza, y el líquido empieza a acumularse.
Cuando los riñones fallan, no logran eliminar el exceso de agua y sodio.
Cuando el hígado enferma, la falta de proteínas altera el equilibrio de los líquidos corporales.
Cuando las venas pierden su capacidad de empujar el líquido preciado hemático hacia arriba, aparece la insuficiencia venosa —la causa más común, pero no la única.
A veces, incluso un coágulo (trombosis venosa profunda) puede ser el responsable, bloqueando el flujo y provocando una hinchazón dolorosa, caliente y peligrosa. Otras veces, el embarazo o simplemente pasar horas sin moverse también pueden desencadenarlo.
Lo importante es no acostumbrarse a verlo como algo “normal”. Las piernas hinchadas son un mensaje del cuerpo, una advertencia que merece atención.
Porque sí, puede ser solo cansancio.
Pero también puede ser el primer signo de algo que tu cuerpo lleva tiempo intentando decirte.
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Aviso importante: La información compartida tiene únicamente fines educativos y de divulgación médica. No sustituye la consulta presencial ni debe usarse como diagnóstico. Si presentas síntomas o dudas sobre tu salud, acude siempre a un profesional médico.