26/03/2021
¡Hola! El día de hoy les comparto un post muy breve sobre la insatisfacción corporal y un estudio que aborda muy bien su relación con las dietas restrictivas, el "body shaming" (avergonzar a alguien por su cuerpo) y el daño que puede significar.
La insatisfacción corporal está fuertemente relacionada con la baja autoestima y la depresión, así como con los trastornos de la conducta alimentaria. Considerando que los más vulnerables a estas situaciones son las personas que han interiorizado las ideas sociales que celebran a la delgadez, a un tipo de cuerpo, que invalida la diversidad corporal, que asocia "éxito" con la apariencia física, personalmente, creo que todos somos vulnerables. Eso puede desencadenar una búsqueda obsesiva y de riesgo por cambiar el tamaño y la forma del cuerpo.
Como lo escribí en un post anterior, centrar la atención en la apariencia física para la incorporación de nuevos hábitos, e incluso para hablar de prevención, ha resultado ineficaz, pues deja de lado otros aspectos que también involucran a la salud mental.
Ningún cambio que venga desde el rechazo puede ser llevado a largo plazo sin comprometer el bienestar de quien lo hace, por más disfrazado que esté del concepto "saludable".
La iniciativa de prevenir y cuidarnos no debería partir de los complejos ni de las burlas.