18/11/2025
Murió hace 70 años, pero sus células inmortales siguen vivas y reproduciéndose hoy 🧬🤯
Imagina que una parte de una mujer fallecida en 1951 sigue viva hoy, creciendo, dividiéndose y viajando por laboratorios de todo el planeta. Esa es la extraordinaria historia de Henrietta Lacks y de las células que cambiaron para siempre la biomedicina: las células HeLa.
Todo comenzó cuando, durante un tratamiento por cáncer cervical, se tomó una muestra de su tumor sin su consentimiento. Lo que nadie esperaba era lo que vendría después: sus células no se comportaban como ninguna otra. No morían, no envejecían y se reproducían a una velocidad sorprendente. En otras palabras, eran biológicamente “inmortales”. Ese hallazgo marcó el nacimiento de la primera línea celular humana capaz de vivir indefinidamente fuera del cuerpo.
Desde entonces, las células HeLa han sido protagonistas silenciosas de algunos de los mayores avances científicos de la historia. Permitieron desarrollar la vacuna contra la polio, entender el comportamiento de virus como el VIH, estudiar el cáncer a profundidad, crear terapias innovadoras e incluso viajar al espacio para investigar cómo se comporta la vida en microgravedad. Hoy, millones de copias de esas células existen en laboratorios de todo el mundo.
Pero su historia también abrió un intenso debate ético: ¿puede la ciencia usar partes del cuerpo de una persona sin su conocimiento? ¿Quién decide sobre el uso de ese material biológico? El caso de Henrietta Lacks se convirtió en un punto de inflexión sobre consentimiento, derechos y privacidad, impulsando cambios en las prácticas médicas modernas.
Las células HeLa representan un legado biológico único: una mezcla de ciencia, injusticia, descubrimiento y transformación. Son un recordatorio de cómo un solo hallazgo puede impulsar décadas de conocimiento y, al mismo tiempo, de la importancia de poner siempre al ser humano en el centro de la investigación. ✨🔬
Fuente: Johns Hopkins Medicine / Historia de las células HeLa.