07/08/2025
¿ChatGPT está cambiando nuestros cerebros?
Una advertencia entre algoritmos y neuronas
Un artículo reciente en la revista Nature ha abierto un debate urgente sobre la influencia de la inteligencia artificial (IA), y específicamente de ChatGPT, en nuestras capacidades mentales. Nicola Jones (2025) reporta que un estudio del Media Lab del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) encontró que las personas que utilizan ChatGPT para redactar textos exhiben una menor actividad cerebral en comparación con aquellas que escriben sin asistencia digital. ¿Estamos ante un fenómeno de desactivación del esfuerzo mental inducido por la tecnología?
El estudio, liderado por Nataliya Kosmyna y su equipo (2025), evaluó la actividad cerebral de estudiantes que escribieron ensayos usando tres métodos: ChatGPT, Google sin IA, o sin Internet. Los resultados, medidos con electroencefalografía, revelaron que quienes no usaron herramientas digitales presentaron mayor conectividad cerebral entre regiones clave asociadas a la toma de decisiones. En contraste, los usuarios de ChatGPT mostraron una actividad cerebral reducida, la cual persistió incluso cuando se les solicitó escribir sin IA. Este hallazgo sugiere una posible dependencia o una disminución en el ejercicio del pensamiento autónomo. Kosmyna advierte que no se trata de "cerebros apagados", sino de señales que deben interpretarse con cautela. Sin embargo, la evidencia empírica refuerza un temor creciente entre educadores y científicos: que el uso intensivo de IA para tareas como la escritura o la ideación pueda atrofiar nuestras habilidades más fundamentales. Adam Green, de la Society for the Neuroscience of Creativity, ha señalado que el uso excesivo de IA para generar ideas podría debilitar los procesos creativos básicos.
Una tecnología que potencia o sustituye el pensamiento.
No todo es pesimismo. Un estudio liderado por Guido Makransky y publicado en Educational Psychology Review (2025) ofrece una visión más matizada: los modelos generativos como ChatGPT pueden fortalecer el pensamiento crítico si se usan de forma adecuada, es decir, como herramientas que fomentan la reflexión y el análisis, no como atajos para obtener respuestas.
Este debate adquiere una dimensión aún más compleja si miramos hacia el futuro que proponen visionarios como Ray Kurzweil. En su libro La singularidad está más cerca, el investigador predice que para 2032 los seres humanos podrán integrar nanobots en sus cerebros, lo que les permitirá aumentar su capacidad de procesamiento y conectarse directamente a la nube. Desde su perspectiva, la IA no será una herramienta externa, sino una extensión misma del pensamiento humano, capaz de incrementar la esperanza de vida y transformar radicalmente nuestra forma de razonar, recordar y crear.
Pero mientras ese futuro llega (o no), América Latina enfrenta desafíos más inmediatos. Un análisis publicado en la revista Ciencia Latina (2025) advierte que la rápida integración de la IA en la educación de la región ha rebasado la capacidad de respuesta en los ámbitos ético, pedagógico y normativo. Aunque las promesas de personalización del aprendizaje y apoyo docente son reales, también lo es el riesgo de profundizar desigualdades si estas tecnologías no se implementan desde marcos críticos, inclusivos y contextualizados.
La conclusión es clara: la IA no debe ser demonizada, pero sí comprendida y gestionada con responsabilidad. El problema no reside en ChatGPT, sino en el riesgo de abandonar el pensamiento autónomo y convertirnos en usuarios pasivos de herramientas diseñadas para ampliar, y no para reemplazar, nuestra inteligencia.
La IA tiene el potencial de ser una aliada formidable del pensamiento humano, pero solo si enseñamos a las nuevas generaciones a usarla con criterio, ética y propósito. La inteligencia aumentada comienza en la mente, no en el algoritmo. Y en tiempos de automatización masiva, defender la autonomía intelectual se vuelve un acto urgente y profundamente humano.
La IA debe servir para: Aprender con intención, Liberar el pensamiento, Ejercitar la reflexión, eXperimentar con criterio, Impulsar el conocimiento y Sostener nuestra autonomía intelectual.
Dr. Héctor Alejandro Cabrera-Fuentes
Referencias
Jones, N. (2025). Does using ChatGPT change your brain activity? Study sparks debate. Nature, 643(8070), 15–16. https://doi.org/10.1038/d41586-025-02005-y
Kosmyna, N. et al. (2025). Brain activity patterns while writing essays with and without AI assistance. arXiv. https://doi.org/10.48550/arXiv.2506.08872
Makransky, G., Shiwalia, B. M., Herlau, T., & Blurton, S. (2025). Beyond the “Wow” Factor: Using Generative AI for Increasing Generative Sense-Making. Educational Psychology Review, 37, 60. https://doi.org/10.1007/s10648-025-10039-x
Ciencia Latina (2025). Avances, retos éticos y perspectivas de la inteligencia artificial (IA) en la educación de América Latina, 9(4), 1370–1382. https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i4.18603
https://heraldodemexico.com.mx/opinion/2025/8/6/chatgpt-esta-cambiando-nuestros-cerebros-una-advertencia-entre-algoritmos-neuronas-720412.html
Rector Cristian Carreño
UABJO Universidad Autónoma "Benito Juárez" de Oaxaca
Red Global MX Capítulo Hessen
Tecnológico Nacional de México
Ramón Jiménez López
El Heraldo de México
Nature
Massachusetts Institute of Technology (MIT)