27/11/2025
La obesidad es una de las peores enfermedades que existe.
Durante años se creyó que la obesidad era solo un “problema estético”, algo que debía corregirse por apariencia o por presión social. Nada está más lejos de la realidad. La obesidad es una enfermedad crónica, compleja y multifactorial, que altera silenciosamente el funcionamiento de prácticamente todos los órganos del cuerpo.
La imagen lo ilustra con crudeza: el exceso de grasa no se queda solo en el abdomen o bajo la piel; invade y afecta, el corazón, el hígado, los riñones, los intestinos, las articulaciones y la salud metabólica completa.
¿Por qué la obesidad es tan peligrosa?
La grasa corporal en exceso es un tejido metabólicamente activo que produce inflamación, hormonas alteradas y sustancias que afectan la regulación del apetito, el metabolismo y el equilibrio energético.
El exceso de tejido adiposo puede estimular la proliferación celular y crear un ambiente inflamatorio que favorece el desarrollo de tumores malignos como:
- Tumores malignos de mama
- Tumores malignos de colon
- Tumores malignos de endometrio
- Tumores malignos de páncreas
- Tumores malignos de riñón
La obesidad multiplica la posibilidad de desarrollar:
- Enfermedades cardiovasculares (infarto, insuficiencia cardíaca, hipertensión)
- Diabetes tipo 2 y resistencia a la insulina
- Hígado graso y daño hepático avanzado
- Apnea del sueño
- Enfermedades articulares degenerativas
- Enfermedad renal crónica
Más allá del peso, la obesidad afecta la vida.
Hablar de obesidad no es hablar de culpas ni de apariencia.
Es hablar de salud y de prevención.