19/08/2025
✨Para mamá y papá:
Tener un hijo neurodivergente transforma profundamente la vida de una familia. Al principio, lo que puede aparecer es el miedo, la incertidumbre y la sensación de que el futuro se vuelve incierto. Los sueños que alguna vez se imaginaron parecen desdibujarse, y el camino parece diferente al esperado.
Pero, con el tiempo, surge una verdad poderosa: la diferencia no es una falta, sino una riqueza inmensa. Un hijo neurodivergente enseña a ver el mundo con otros ojos, a descubrir la belleza en los detalles más simples, a celebrar conquistas que encierran valentía y esfuerzo. Cada palabra, cada gesto, cada pequeño logro se convierten en motivo de alegría y gratitud.
Ese hijo invita a sus padres a soltar las comparaciones y a abrazar la autenticidad. Les recuerda que no vino al mundo para cumplir con un molde impuesto por la sociedad, sino para ser él mismo: único, auténtico e irrepetible.
Claro que el camino no siempre es sencillo. Existen retos, barreras y prejuicios que enfrentar. Sin embargo, en medio de las dificultades, emerge una certeza: el amor verdadero no busca cambiar al otro, sino acompañarlo, comprenderlo y celebrarlo en su esencia.
Un hijo neurodivergente no solo transforma a su familia: la enriquece. Se convierte en un maestro de empatía, paciencia y resiliencia. Muestra que la diversidad no es un obstáculo, sino un regalo que nos recuerda lo valioso de cada forma de ser y de estar en el mundo.
Porque al final, lo que deja claro es que la neurodivergencia no define límites, sino posibilidades. Y que dentro de esa diferencia habita una fuerza inmensa que inspira a todos a crecer en humanidad y en amor.
Y es que verlos crecer, desarrollarse y atravesar esas dificultades victoriosos, para mi es gran bendicion.
Gracias por su confianza ❤️
Dr. Carlos M. Montaño