Terapeuta Julieta Dávalos

14/11/2025

Habrá quien me recuerde con cariño…
y habrá quien me recuerde con rencor.
No es contradictorio, es coherente.
Cada quien despertó en mí
el reflejo exacto de lo que sembró.

No fui igual para todos,
porque no todos llegaron igual.
No soy un templo de paciencia ni una fuente inagotable de dulzura.
Soy una mujer. Completa.
Llena de lunas, tormentas, cosechas y sequías.

Con los que llegaron con amor, fui abrigo.
Con los que llegaron con mentiras, fui espejo.
Con los que llegaron con ternura, fui pan caliente.
Con los que llegaron a usarme, fui filo.
Y no me arrepiento.

A esta edad no cargo culpas ajenas,
no pido disculpas por haberme defendido.
No me interesa que todos hablen bien de mí,
porque no vine a este mundo a complacer,
vine a vivir con honestidad,
aunque eso incomode.

La memoria de los otros no me pertenece.
Si alguien me recuerda con cariño,
es porque supo tocar mi alma con respeto.
Y si alguien me recuerda con rencor,
que revise qué entregó,
porque lo que recibió fue el eco de su propio gesto.

Así soy yo:
ni santa, ni mártir,
ni he***na de cuento.
Soy una mujer real.
Y lo que di, lo di desde mi verdad.
Y lo que negué, también.

Y si algún día mis pasos se borran,
que no se borre la lección:
una mujer libre no es para todos los públicos.
Solo para quienes saben ver con el alma
y no con el ego.

Milka MagTorre

11/11/2025

"PRECAUCIONES AL TENER RELACIONES SEXUALES.....🥰
👉 ....PARA JOVENES DE LA TERCERA EDAD"

1) Limpie bien sus lentes y verifique que su pareja si esté en la cama.

2) Deje la luz encendida para evitar tropiezos al ir al baño.

3) Apague el TV o el radio para que se pueda concentrar en la difícil tarea.

4) No olvide desnudarse.

5) Verifique que la dentadura postiza esté bien pegada no sea que se salga en el mejor de los momentos.

6) Programe el despertador para cada 15 minutos; esto por si se duerme como el perico (a medio Palo).

😎 Tenga a mano la póliza de seguros y gastos médicos.

9) Anote el nombre de su pareja en la palma de la mano (por si se le olvida).

10) Tenga algún analgésico a la mano por si se le traba la columna o le da un calambre.

11) Tómese un par de aspirinas por eso de los infartos.

12) Tenga el testamento preparado por si acaso.

13) Haga todo el ruido que se le antoje y no se preocupe por los vecinos de la misma edad: Ellos también están medio sordos.

14) Si consigue terminar, llame a sus conocidos o envíeles un email para presumir...

15) Brinde por el éxito alcanzado con whisky, champaña, manzanilla, agua o una avenita. Luego, tómese su antiácido.

16) No intente hacerlo por segunda vez... ```Puede ser mortal```.

17) Guarde reposo absoluto por 24 horas

19) IMPRIMA ESTAS RECOMENDACIONES EN LETRA GRANDE PARA QUE PUEDA LEERLAS BIEN

Para mis queridos amigos mayores de más de 60 👵🏽👴🏼
😀😀😀😀😀😀😀🤣😂🤣😂🤣😂🤣😂🤣😂🤣😂🤣😂😂😂🤣😂🤣🤗

Un abrazo ...🤗

10/11/2025

Mi esposo coquetea con mujeres en el trabajo… pero yo no pienso regalarle mi tranquilidad.

Mi nombre es Rebeca, tengo treinta y cuatro años, y si algo he aprendido en esta vida es que la fidelidad no se jura con palabras… se demuestra con hechos. Soy enfermera, madre de una niña de seis años y una mujer que nunca ha tenido miedo de trabajar duro.
No vengo de una familia rica. Vengo de una familia fuerte.

Mi esposo, Julio, es maestro de secundaria. Y durante mucho tiempo pensé que había elegido a un hombre bueno. Responsable. De esos que llevan flores sin razón y que saben llegar a casa cansados, pero amorosos.

Hasta que un día dejó de llegar amoroso.
Y después dejó de llegar.

El cambio fue lento, pero evidente.
El celular boca abajo.
Los mensajes silenciados.
Las risas tontas cuando se metía al baño.
Y ese perfume dulce que no era mío… ni de nadie que yo conociera.

No soy tonta. Nunca lo fui.

Un lunes, después de mi turno de noche, noté una sombra nueva en él. Algo en su mirada que no era culpa… era emoción. Y ahí supe que alguien lo estaba alimentando. Alguien con tiempo libre, con ganas de sentirse deseada, con cero responsabilidad.

Una compañera joven del colegio. Una de esas que se creen irresistibles solo porque los hombres las miran mientras explican una clase. Yo sabía su nombre. Él decía que apenas la conocía.

Y sin embargo, ella usaba el mismo perfume que traía en la camisa de mi marido.

No hice escándalo. No lloré. No le revisé el celular. Porque yo tengo algo que esa muchacha no tiene:

disciplina emocional.

Ese mismo día me senté frente a él y le dije:

—Si quieres otra vida, ve por ella. Pero lo que yo he construido no te lo vas a llevar.

Me miró sorprendido. Quizá esperaba gritos, reclamos, drama. Pero no. Una mujer que trabaja doble turno no pierde energía en berrinches.

Le dejé claro algo:
yo no pienso pedir el divorcio.

No por dependencia, sino por inteligencia.
Nuestra casa está pagada con mi salario.
Mi coche está a mi nombre.
Y el terreno que heredé de mi padre jamás será tocado por manos ajenas.

Si él quería separarse, tendría que hacerlo él.
Y enfrentarse a las consecuencias económicas que eso implicaba.

Los días siguientes fueron incómodos. Él se volvió distante, torpe, ausente. Y yo… yo simplemente seguí mi vida. Cuidando a mi hija, trabajando, avanzando. Con una calma que le molestaba más que cualquier escena.

Porque no hay castigo más fuerte para un infiel que una mujer que no se derrumba.

Un mes después, la realidad lo alcanzó.
La muchachita del perfume dejó de responderle.
Alguien en la escuela la descubrió coqueteando con otro maestro, más joven, mejor pagado, sin hijos, sin compromisos.
Y como suelen hacer las personas sin valores, ella dejó de “sentir algo” por él en cuanto encontró algo mejor.

Y ahí, cuando la ilusión se le cayó como un castillo de naipes mojado, regresó a casa con la cola entre las piernas.
No buscando amor.
Buscando estabilidad.

Pero yo ya no era la misma.

—Rebeca —me dijo—, cometí un error. Quiero arreglar las cosas.

Lo miré. No con rencor. Con claridad.

—No tienes que convencerme a mí —le dije—. Tienes que convencerte a ti mismo de que quieres ser un hombre digno para tu hija.

Desde entonces, empezó a cambiar. No rápido, no perfecto, pero sí consistentemente. Terapia, responsabilidad, límites. No porque yo lo obligara, sino porque entendió que lo que había puesto en riesgo valía más que un coqueteo barato en un salón de clases.

Hoy seguimos juntos, pero no por miedo ni comodidad.
Sino porque él se ganó nuevamente un lugar en nuestra vida.
Y porque yo decidí darle una oportunidad… no por él, sino por nuestra hija, y porque creo en la reconstrucción cuando hay voluntad real.

Mi final feliz no fue echarlo ni vengarme.
Mi final feliz fue redescubrir mi valor, poner límites y ver cómo el karma se encargó solito de lo que yo no dije.

Porque una mujer fuerte no siempre deja.
Una mujer fuerte decide.
Y yo decidí que mi paz vale más que cualquier traición pasajera.

10/11/2025

MAESTRO DE ALCOBA*

LO QUE TODO HOMBRE DEBE SABER

- Maestro, ¿qué es un Maestro de alcoba?
- Aquél que es capaz de hacer sentir a una mujer, en una sola noche, el origen del orgasmo, respondió el Gurú.

El discípulo preguntó:

-¿ Hay niveles de Maestría en la Alcoba?

- Lo que te dije recién es el primer nivel…

El discípulo preguntó:

- ¿Cuál es el segundo nivel?

- Regalarle a la mujer tantos or****os que en un momento te diga: Dios te manda saludos…

El discípulo se comenzaba a inquietar…

- ¿Hay un tercer nivel?

- En el tercer nivel, tu eres Dios…

Me imagino que ese es el último nivel…

- ¿Último?, aquí comienza otra octava en la Maestría…En este nivel la mujer sana todas sus heridas, se perdona a sí misma… En ese instante, tu te conviertes en su compañero, amigo, amante…En ese momento la mujer es el ser humano más consciente y feliz de este mundo…En ese momento, ya no existe nada más que beatitud… En ese momento se produce el verdadero Matrimonio: La unión del hombre con la matriz de la mujer…

El discípulo comenzó a llorar de felicidad…

Maestro, que maravilloso sería que todos los hombres puedan saber esto…

- No todos los hombres quieren saberlo, respondió el Maestro. Pero nos compete a nosotros encontrar la forma de llegar a todos…

- ¿Quieres saber cuál es el último nivel en el arte de alcoba?
- No puedo creer que aún falte un nivel más…

En el último nivel el hombre se disuelve, ya no sabe si es hombre o mujer, y tampoco le interesa saberlo…

La mujer, lo mira con mucha dulzura…y le susurra al oído:

- Finalmente eres un Hombre

BUENA LUNA.🥀

08/11/2025

: "El Secreto del Alto Rendimiento en 30 Segundos"

"No se pueden tocar todas las teclas del piano a la vez. El alto rendimiento es una elección: es saber qué pierdes para enfocarte en lo que ganas. Requiere madurez y carácter para resistir las tentaciones de la dispersión."
"La excelencia no es magia, es una cuestión de sentido común y de poner todas tus horas al servicio de un único gran proyecto. Quien se dedica a tiempo completo a algo, le gana al resto porque ha dado más pedaladas."
"¿Estás dispuesto a pagar el precio del foco? 💯"
"Comenta 'FOCO' si estás listo para comprometerte con tu gran objetivo. 👇 "

08/11/2025

07/11/2025

🌸 Soy Julieta Dávalos
No soy solo terapeuta: también soy madre, abuela, contadora y eterna estudiante de la vida.
Creo que la vida no se mide en tiempo, sino en momentos, y en cada uno hay una oportunidad para sanar, aprender o volver a empezar.

En este espacio comparto lo que he aprendido en el camino: herramientas, reflexiones y un poquito de humor…
Porque sanar no siempre duele, a veces también se ríe 💫

04/11/2025

Es correcto

04/11/2025

Él la odiaba. Habían vivido juntos quince años. Quince largos años viéndola todas las mañanas. Pero en el último, un puñado de sus pequeñas costumbres comenzó a desesperarlo. Había una, sobre todo, que lo volvía loco: cada día, todavía acostada, estiraba los brazos y decía con voz suave:
—¡Buenos días, mi sol! ¡Hoy será un gran día!

Una frase cualquiera, pero verla así —con la cara hinchada de sueño y los brazos flacos levantados— le causaba un rechazo que no sabía explicar.

Ella se levantaba despacio, iba a la ventana, miraba unos segundos hacia afuera y luego, sin prisa, se quitaba la bata para meterse al baño. En otros tiempos, cuando recién se casaron, él se volvía loco por su cuerpo, por esa libertad casi descarada que tenía. Y aunque seguía siendo esbelta, ahora solo le molestaba verla. Una mañana incluso pensó en empujarla, solo para que se apurara, pero se contuvo y solo alcanzó a gritarle:
—¡Apúrate, ya me harté!

Ella no tenía prisa por vivir. Sabía de su amante, incluso conocía a la muchacha con la que él se veía desde hacía tres años. El tiempo había cubierto sus heridas con una calma triste: ya no le dolía, solo se sentía innecesaria. Lo perdonaba todo —su frialdad, su indiferencia, su deseo de sentirse joven otra vez—, pero no dejaba que nada le robara la paz. Vivía a su ritmo, saboreando cada minuto.

Había decidido hacerlo así desde el día que recibió el diagnóstico. Una enfermedad silenciosa la consumía poco a poco, y sabía que tarde o temprano ganaría. Al principio pensó contarle a su familia, compartir el peso, llorar con alguien. Pero eligió el silencio. Cada día que pasaba, su cuerpo se debilitaba y su espíritu se volvía más sabio, más observador.

Su refugio era una pequeña biblioteca, a hora y media de camino. Todos los días iba hasta ahí, buscando entre los estantes viejos un rincón con un letrero escrito a mano: “Los secretos de la vida y la muerte”. Siempre esperaba encontrar un libro que le diera todas las respuestas.

Él, mientras tanto, iba con su amante. Todo ahí era cálido, alegre, familiar. Llevaban tres años juntos, y él “la amaba” con una pasión enfermiza: celos, arrepentimiento, ansiedad por su juventud. Ese día decidió que era momento de divorciarse. “¿Para qué seguir fingiendo?”, pensó. “No amo a mi esposa. La odio”. Sacó del bolsillo una foto de ella, la rompió en pedazos y se sintió libre.

Habían acordado verse en el restaurante donde seis meses atrás celebraron su aniversario número quince. Ella llegó primero. Él, antes de salir, pasó a casa a buscar unos papeles para el divorcio. Rebuscando en los cajones, encontró una carpeta azul oscuro que nunca había visto. La abrió esperando descubrir pruebas de algo, pero lo que halló fueron decenas de análisis médicos, estudios y recetas, todos con su nombre.

El impacto fue como una descarga eléctrica. El corazón le dio un vuelco. “Está enferma…”, murmuró. Corrió a la computadora, buscó el nombre de la enfermedad y leyó: de seis a dieciocho meses de vida. Hizo cuentas. Habían pasado ya seis. Se le nubló la vista. Solo repetía en su cabeza: seis a dieciocho meses.

Ella, mientras tanto, caminaba por la ciudad disfrutando el sol tibio del otoño. Pensaba: “Qué extraño, qué hermosa es la vida”. Por primera vez desde que supo su destino, sintió compasión por sí misma. Miraba a la gente feliz, pensando en el invierno que llegaría… y la primavera después. A ella ya no le tocaría verlo. Y por fin lloró.

Él, desesperado, no podía quedarse quieto. De golpe comprendió lo efímero de todo. Recordó los años buenos, cuando recién se casaron, cuando se amaban sin condiciones. Sintió una culpa tan grande que casi lo ahogó. Los últimos días se dedicó a cuidarla, acompañarla, vivir a su lado. Descubrió un tipo de felicidad que jamás había sentido: la del amor sin deseo, sin orgullo. Temía perderla, hubiera dado la vida por mantenerla viva.

Si alguien le hubiera dicho que un mes antes la odiaba, habría respondido: “Ese no era yo”.

La vio irse poco a poco, luchando contra el dolor, llorando de madrugada cuando creía que él dormía. Supo que no hay castigo más cruel que conocer la fecha del final.

Dos meses después, ella murió. Él cubrió de flores el camino desde la casa hasta el cementerio. Lloró como un niño mientras bajaban el ataúd. Envejeció de golpe.

Días después, encontró bajo su almohada una nota escrita de su puño y letra:
“Mi deseo de Año Nuevo: ser feliz con él hasta el final de mis días.”

Dicen que los deseos de Año Nuevo se cumplen.
Tal vez sea cierto. Porque ese mismo año, él escribió el suyo:
“Ser libre.”

Y así fue: cada uno obtuvo exactamente lo que pidió.
Aunque el precio fuera el alma.

03/11/2025

¿COMO HACERLE EL AMOR A UN VARÓN?

Muchas mujeres dicen que los hombres no saben como provocar un orgasmo… y yo les preguntaría a esas mujeres :

¿ustedes si saben hacerle el amor a un hombre...?

Esto no se trata sólo de brincar o ponerse inmóvil en una cama, ésto se trata de algo más que hacerlo llegar, a ellos también hay que regalarles chocolates, versos y poesías, hacerle el amor a un hombre queridas amigas, también es preguntarle cómo estuvo su día, mandarle mensajes bonitos en las mañanas, en la tarde y a medio día.

Quieres que ese hombre te vuelva a buscar, se hacen las interesantes por darle lo que cualquiera le puede dar...

No es tan fácil como creen, para hacerle el amor a un hombre también debes de ser una romántica empedernida, una chef, una experta en modas, una enfermera y una niñera por si se enamora, porque son así, como niños cuando se sienten amados, te conviertes en su mundo...

Además, deberás ser su paño de lágrimas, su amiga y confidente, ellos rara vez lo aceptan pero también son débiles, también sufren por una mentira y por el desprecio de una mujer, también son engañados y traicionados, también llegan a sentirse utilizados.

Los hombres también necesitan que les inviten un café o a tomar una copa de vino, también les gusta pasear y sentirse protegidos.

Te recuerdo que para algunos, no todo es s**o por placer, también les gusta hacer el amor, que le esparzas tus caricias y besos en su cuerpo porque al igual que ustedes ellos también pueden tener complejos...

Para hacerle el amor a un hombre, también debes quitarle los miedos, desnudarle el alma, conocer sus temores y ayudarlo a alcanzar sus sueños...

Deben alegrarse de sus alegrías y llorar junto a él sus tristezas y derrotas, porque te repito, los hombres también lloran...

Le habrán hecho el amor, cuando a media noche lo abriguen del frío en su pecho, no habrá mejor cobija para él...

Cuando en la intimidad te des el tiempo de explorar su cuerpo, descubrir centímetro a centímetro toda su piel y preocuparte también porque terminé él.

Amigas, has que ese hombre te piense en cada amanecer, que sin ningún motivo diga tu nombre durante el día, que recuerde tus locuras y se le escape una sonrisa, has que su mayor motivación sea el visualizarte en su futuro y que al verte, se le olvide que tuvo un mal día...

Dedicale canciones, aferrate a su espalda en un abrazo, que sienta tu alma y lo mucho que lo amas y te importa, porque si piensan que menearse rico, tocarlo rico, o brincarle rico, era hacerle el amor, estás equivocada!...

No hay mejor manera de hacerle el amor a un hombre que ganandote un espacio en su corazón, porque un espacio en su cama lo tiene cualquiera... 🥰🫶

03/11/2025

Calaverita para Julieta Dávalos

En Tepic se oyó un rumor,
la Muerte llegó con fervor,
quería sanar sus emociones,
¡pero Julieta le dijo “por favor”!

“Si traes culpa o traición,
te acomodo en liberación,
te s**o el miedo con tapping
y hasta el duelo con bendición.”

La flaca quiso terapia,
mas no aguantó ni la mitad,
Julieta le abrió los chakras
¡y la huesuda lloró de verdad!

“Ya ves, mi querida calaca,
ni tú te libras del pasado,
si quieres vivir en paz eterna,
¡ven, que te dejo equilibrado!”

Y dicen que desde ese día,
la Muerte ya no anda tan fría,
pues Julieta, con su energía,
¡le dio terapia… y hasta alegría! 💫