03/11/2025
Muchos papás piensan que el TDAH es solo “problemas de atención” o “impulsividad”, pero detrás de esas conductas hay algo más profundo: el cuerpo del niño también está buscando equilibrio.
La terapia de integración sensorial trabaja justo ahí, donde las palabras no alcanzan.
Ayuda al niño a organizar lo que siente, a entender lo que su cuerpo le comunica, y a responder de una forma más tranquila, coordinada y segura.
💡 Por ejemplo:
Un niño que no puede quedarse quieto, tal vez no es desobediente, sino que su cuerpo necesita moverse para poder concentrarse.
Uno que se tapa los oídos o se frustra con facilidad, quizás recibe los sonidos o las sensaciones con demasiada intensidad.
Y ese pequeño que parece distraído o “en su mundo”, puede que esté luchando por procesar todo lo que percibe al mismo tiempo.
La no busca que el niño “se porte bien”, sino que su cuerpo y su mente trabajen en armonía.
Cuando eso sucede, la atención mejora, las emociones se regulan mejor y las tareas del día a día —como vestirse, escribir o convivir— dejan de sentirse tan difíciles.
✨ Es una forma de enseñarle al cuerpo a sentirse bien para poder funcionar bien.
Porque un niño que logra comprender y organizar lo que siente, también logra concentrarse, aprender y disfrutar más de la vida.
Psicóloga Valeria Lazalde.
Cognitivo Conductual
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