21/10/2022
Han pasado tantas cosas desde el Servicio Social y la crisis que habíamos predicho que sería el COVID-19, que darles una actualización es un poco frustrante.
Básicamente ya yo (el autor) no ejerzo la carrera, y me da un poco de tristeza que no es que la medicina no fuera lo mío, sino que los riesgos de perder son altos en lo económico, lo social, en la salud mental, y personalmente ya venía con muchos de ellos solo para agregar.
Sin embargo, mis compas, aún con todo eso, lo ejercen ya sea por elección propia, o porque no cuentan con ninguna otra opción, siguen en esta guerra contra las instituciones que poco entienden la importancia de su existencia para la salud de millones de personas en este país.
La noticia sobre deja clara la poca atención que nos tienen al estudiantado, a quienes recién egresamos, a quienes no tenemos trabajo y a quienes mueren en su servicio. Es inaudito.
Aún con lo que nuestrxs compas tuvieron que pasar en materia legal para pasar su Servicio Social con todas las precariedades y riesgos, entre miedo y llanto, nada garantiza que el tiempo de vida que han invertido en sus carreras les será rencompensado para vivir con las mínimas preocupaciones y es lo que más duele.
Nuestras generaciones tendrán muy difícil tener casa, mantener una familia, tener un patrimonio que hable del esfuerzo que hemos invertido, y finalmente morir sabiendo que pudiste cumplir tus sueños, de haber sido quien querías y no lo que había en la repisa.
Espero de todo corazón que el personal de salud, mis compas medicxs, tengan mejores condiciones de vida para su desarrollo personal, mejores sueldos para subsistir, tiempo para ver a sus familias y seres amadxs. Que podamos unirnos en contra de las instituciones y evitar más pérdidas de las que ya tenemos. Dejar de ser esclavos del sistema de salud y que se nos trate como trabajadores, responsables de la salud de una nación.
Les agradeco mucho a aquellxs que siguen la página y aprecian el trabajo que hicimos. Aún bajo el miedo, la tiradera de nuestra propia gente, las amenazas, siempre habrá gente que luche.
Hay bien en este mundo por el cual vale la pena luchar.