18/11/2025
Tu cerebro cree todo lo que le dices, sea verdad o no.
Y cada emoción que sientes es una respuesta directa a esos pensamientos.
Los neurocientíficos han descubierto que tu cerebro no distingue entre la verdad y la repetición. Simplemente cree todo lo que repites con frecuencia. Cada vez que piensas algo, refuerzas una conexión neuronal. Si lo haces por suficiente tiempo, tu cerebro lo acepta como una realidad.
Cuando piensas en algo que amas, liberas dopamina, serotonina y oxitocina —las moléculas de la felicidad.
Pero cuando te enfocas en miedo, preocupación o ira, activas la amígdala y generas cortisol y adrenalina —las hormonas del estrés.
Tus pensamientos crean tu química emocional, y esa química moldea tu estado de ánimo, tus decisiones y hasta tu salud.
No sientes lo que vives, sientes lo que interpretas.
A esto se le llama neuroplasticidad, la capacidad del cerebro de reprogramarse según lo que piensas y repites. Tus pensamientos literalmente moldean tu cerebro y tus emociones, una repetición a la vez.
Por eso, cuando te dices “no puedo”, “no soy suficiente” o “nunca cambiaré”, tu mente lo cree. Pero si repites “soy capaz”, “soy merecedor” o “todo está bien”, tu cerebro comienza a crear nuevas conexiones que fortalecen tu confianza, tu paz y tu resiliencia.
Cuida lo que piensas y lo que sientes.
Tu cerebro siempre está escuchando, y cree cada palabra que pronuncias.
MEDHE.PSIC.ADRIANA SOTO ♥️
EDUCACIÓN EMOCIONAL - ARTETERAPIA GESTALT