15/11/2025
ELIMINA PREMIOS Y CASTIGOS
Su experiencia con niños y niñas demostró a la Dra. Montessori que no solo los castigos deben eliminarse en la educación, también las recompensas y premios.
Premiar la conducta de los niños con recompensas externas no les permite aprender sobre las consecuencias de sus actos, ni les da la oportunidad de valorar lo que sienten cuando actúan con responsabilidad.
Es frecuente premiar a los niños por sus buenos comportamientos, su ayuda en casa o sus buenas notas, volviéndolos poco a poco dependientes del juicio externo y la motivación extrínseca (es decir, “hago esto así para obtener mi recompensa”).
Pero es fundamental inculcar a nuestros hijos desde pequeños que el verdadero valor de nuestros buenos actos no radica en la recompensa externa que vayamos recibir, sino en por qué lo hacemos y cómo nos sentimos después.
Mediante los premios a la conducta, los niños aprenden a actuar movidos por una recompensa o motivación externa.
Gracias a los premios, muy probablemente harán las cosas bien (entendiéndose por “bien” lo que el adulto considere en ese momento), nos obedecerán o estudiarán, pero no estarán actuando por propia voluntad, ni siendo conscientes de sus propios actos y de la repercusión que estos tienen en los demás.
Además, y aunque podamos pensar que los premios hacen felices a los niños, realmente es un espejismo que acaba afectando a su autoestima, ya que el niño no crece con la seguridad y confianza de actuar de forma libre y tomar sus propias decisiones.
Debemos desterrar los premios y recompensas a la hora de educar a nuestros hijos, fomentar su autonomía y enseñarles a tomar decisiones responsables, libres y respetuosas para todos.
Cuando educamos al niño para que haga las cosas por sí mismo, sin la dependencia de un juicio o recompensa externa, crecerá sintiéndose valioso y capaz.
BEBÉS Y MÁS