05/12/2025
HOY VIVÍ UNA ESCENA QUE ME DIO MUCHO PARA PENSAR…
Era temprano. El hospital apenas despertaba y el pasillo olía a café y a cloro. Yo caminaba hacia el área blanca cuando vi entrar a un compañero médico con la bata que traía desde la calle.
Respiré hondo.
Y me acerqué con toda calma.
—Doc, ¿me permite una observación? Esa bata ya viene contaminada…
Mi voz fue con respeto. Fue profesional.
Pero su gesto se endureció.
Como si mis palabras atravesaran una vieja frontera invisible que, aunque ya no debería existir, todavía se siente: esa idea de que una enfermera no “corrige” a un médico.
Y no pude evitar sentir un pequeño n**o.
No de miedo.
Sino de asombro.
Porque pensé: ¿Cuándo dejamos de ver que estamos del mismo lado?
Que no se trata de jerarquías, sino de seguridad, de ética, de nuestros pacientes… y de nosotros mismos.
Más tarde, casi como una señal, colocaron en el hospital un gran cartel:
“Juntos y juntas contra el hostigamiento y el acoso.
Si ves algo, denúncialo.”
Me quedé mirando ese letrero un buen rato.
Y una pregunta me abrazó por dentro:
¿Cómo construiremos espacios libres de violencia si aún incomoda una observación técnica hecha con respeto?
¿Cómo hablaremos de trabajo en equipo si todavía hay egos que pesan más que la bioseguridad?
Hoy confirmé algo que siempre he creído:
🌿 Cuidar también es señalar lo que no está bien.
🌿 Nombrar también es proteger.
🌿 Y un verdadero profesional no se ofende por una medida de seguridad… la agradece.
Este no es un mensaje para acusar.
Es un mensaje para despertar conciencia.
Porque cada vez que evitamos una contaminación, evitamos también un riesgo para alguien que confía en nosotros con su vida.
Y porque el respeto se demuestra no sólo con palabras, sino permitiendo que otros también nos cuiden.
Ojalá este pequeño episodio sirva para reflexionar.
Para recordar que en salud nadie está por encima de la seguridad.
Y que el trabajo en equipo empieza cuando dejamos el ego afuera…
justo donde debería haberse quedado esa bata. 💛🤍