08/05/2020
La fábula de la vaca y el sabio.
Cuenta la leyenda que un día, un maestro de la sabiduría paseaba por el campo con su fiel discípulo, cuando vió a lo lejos un sitio de apariencia pobre, y decidió hacer una breve visita al lugar.
Llegando al lugar constató la pobreza del sitio, los habitantes, eran una pareja y tres hijos, la casa a medio derrumbar, vestidos con ropas sucias y rasgadas, sin calzado, entonces se aproximó al señor, aparentemente el padre de familia y el sabio le preguntó:
En este lugar no existen fuentes de trabajo ni comercio, como le hacen para sobrevivir aquí?
El señor tímidamente respondió: amigo mío, nosotros tenemos una vaca que nos da varios litros de leche al día. Una parte la cambiamos por otros alimentos en la ciudad vecina y con la otra parte producimos queso para nuestro consumo y así es como vamos sobreviviendo. El sabio agradeció su amabilidad contempló el lugar por un momento, luego se despidió y se fué.
En medio del camino, se volvió hacia su fiel discípulo y le ordenó al aprendiz: "busca la vaca, llévala al precipicio y empújala".
El joven espantado miró al maestro y lo cuestionó sobre el hecho de que la vaca era el medio de subsistencia de aquella familia. Pero como percibió el silencio absoluto del maestro, fué a cumplir la orden. Así que empujó la vaca por el precipicio y la vió morir.
Aquella escena quedó grabada en la memoria de aquel joven durante algunos años.
Un día el joven con el cargo de conciencia decidió regresar a aquel lugar y contarle todo a la familia y pedir perdón. Así lo hizo, y a medida que se aproximaba al lugar veía todo muy bonito, con árboles floridos, un huerto y una gran casa.
El joven se sintió triste y desesperado imaginando que aquella humilde familia tuviese que vender el terreno para sobrevivir, aceleró el paso y llegando allá, fue recibido por un señor que irradiaba felicidad, el joven preguntó por la familia que vivía allí hacia unos años, el señor respondió "somos nosotros" Espantado el joven entró corriendo a la casa y confirmó que era la misma familia que visitó hace algunos años con el maestro. Elogió el lugar y le preguntó al señor (el dueño de la vaca):
¿Cómo le hizo para mejorar este lugar y cambiar de vida?
El señor entusiasmado le respondió: "nosotros teníamos una sola vaca que cayó por el precipicio y murió, de ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos, así alcanzamos el éxito que sus ojos vislumbran ahora.”
(Anónimo)
Regularmente nos aferramos a las cosas, personas, lugares o trabajos que nos brindan seguridad y comodidad sin darnos cuenta de que hay muchos otros caminos que dejamos pasar y que no nos permiten desarrollarnos y utilizar nuestras habilidades para mejorar lo que tenemos no solo material sino sentimental.
El miedo a la búsqueda de nuevas sensaciones y experiencias, a perder lo poco que tenemos, nos lleva a elegir solo una forma de vida, un cambio a veces radical será el único aliado que nos permitirá que descubramos la verdadera esencia que hay dentro de nosotros mismos y de lo que somos capaces verdaderamente de hacer, crecer o de sentir.
Lo que tanto nos cuesta apartar en nuestras vidas impedirá divisar el amplio mundo de posibilidades que nos rodea, salgamos de vez en cuando de nuestra zona de confort y dile adiós a tu vaca...
Pd: saludos Joaquín ✌