27/11/2025
Para muchos niños que enfrentan el cáncer, cada día es una batalla, pero también una oportunidad para descubrir cuán valientes son, cuán grandes pueden ser sus sueños, y cuán fuerte puede latir su corazón.
Esta frase no es solo palabras bonitas. Es una verdad que sostiene, que abraza, que acompaña. Porque cuando el camino se vuelve duro, cuando los tratamientos cansan, cuando el cuerpo duele… hay una presencia que no se ve, pero se siente: Dios.
Dios camina con cada niño, con cada familia, con cada médico que cuida, con cada amigo que anima. Camina en silencio, pero con pasos firmes. Camina en cada sonrisa que resiste, en cada abrazo que consuela, en cada oración que se eleva.
A quienes están viviendo esta lucha, les digo: no están solos. Hay una luz que los guía, una fuerza que los sostiene, una esperanza que no se apaga.
Y si tú estás leyendo esto, comparte esta imagen. Que llegue a quien más lo necesita. Que recuerde que, aunque el camino sea difícil… Dios camina contigo. Siempre.