30/10/2025
Cuando Michael Caine le dijo a su madre que acababa de ganar un millón de libras por una película, ella lo miró sin entender del todo y preguntó con total inocencia:
—¿Y eso cuánto cuesta?
No lo decía por curiosidad, sino porque para ella, que había crecido en la pobreza del sur de Londres, una cifra así era inimaginable. Su nombre era Ellen Frances Marie Burchell, y había pasado la vida limpiando casas ajenas, dejando sus manos ásperas por el jabón y la fatiga.
Durante la gu3rr4, mientras las b0mb*s caían sobre Londres, corría entre refugios con sus dos hijos, Michael y Stanley, intentando mantenerlos con algo de comida y esperanza. Siempre repetía: “Estudien, salgan de aquí, no repitan mi vida”. Michael lo prometió y cumplió.
A mediados de los 60, con películas como Zulu, Alfie y The Ipcress File, se convirtió en una estrella internacional. Fue entonces cuando ganó aquel millón y decidió cambiarle la vida a su madre. Le compró una casa, le dio estabilidad y sobre todo, descanso.
Cuando Ellen se fue de este mundo en 1989, ya no tenía que limpiar para sobrevivir. Michael, hoy Sir Michael Caine, siempre dice que su mayor logro no fue la fama, sino cumplir la promesa de un hijo: liberar a su madre del trabajo que la vida le impuso.