01/05/2023
✨LA SONAJA✨
Un anciano curandero fue invitado a un festival de música indígena.
La organización que financiaba el evento quería rescatar la música tradicional norteamericana.
Llegaron músicos de todas partes del país, con una gran cantidad de instrumentos y coros.
Muchos jóvenes que se presentaban, fusionaban cantos tradicionales con rock , jazz o ritmos andinos.
Se apreciaron durante todos los días del festival voces muy privilegiadas y arreglos de altísima calidad.
El festival duro tres días con sus noches.
El espacio escogido para el evento fue una gran planicie abierta, cerca del gran cañón.
Todavía el verano estaba presente y el sol era esplendido, acompañado por un cielo azul maravilloso.
El ultimo día, como telón de cierre, le llegó el turno al anciano,
Mucha expectativa había respecto a este hombre, pues era uno de los pilares dela tradición de su pueblo.
El anciano se presentó solamente con su sonaja, y antes de empezar a cantar, hablo:
-Mis ojos han visto mucho en estos tres días, dijo.
-Pero lo que más han visto es que vamos perdiendo el sentido de nuestros cantos.
No estoy en contra de la incorporación de la modernidad en nuestras vidas, lo que si NO comparto es la pérdida del sentido de lo que hacemos.
El canto fue entregado para curar, para agradecer de manera sagrada a nuestros antepasados y al Gran Misterio.
Es un momento sagrado en nuestra vida, la vibración de todo el universo en nuestro cuerpo.
El canto es la alegría de vivir sagradamente, de presentar nuestro respeto por la vida, y por nuestros antepasados, de ser conscientes del misterio que nos envuelve y nos protege.
Callo un momento y comenzó a hablar en su lengua.
Hizo un rezo pidiendo permiso a los espíritus del lugar para cantar.
Los jóvenes en especial, sonreían al ver al anciano con una simple sonaja.
Entonces el anciano empezó a tocarla y de su voz salió una canción muy vieja llamando al espíritu del águila.
Todo ese sentimiento de burla desapareció cuando muchos de los asistentes empezaron a llorar, sin entender por qué.
Luego, ante el asombro de todos, un halcón de las praderas, voló, haciendo círculos por sobre la cabeza del anciano, tantas veces, que los más incrédulos callaron.
El festival se levantó en silencio, con un sentimiento general, de que algo nos hacía falta entender o habíamos perdido.
Con amor Greys 💗