03/09/2025
Un narcisista difícilmente irá a terapia por decisión propia. ¿Por qué? Porque en su mente no hay nada que “cambiar” ni “mejorar”: el problema siempre son los demás. Reconocer que necesita ayuda implicaría aceptar vulnerabilidad, y el narcisista no tolera verse débil ni asumir responsabilidad.
Cuando llega a ir a terapia, lo hace casi siempre por fines ocultos. Por ejemplo, porque su pareja lo amenaza con terminar la relación si no busca ayuda, porque le conviene socialmente aparentar que está trabajando en sí mismo, o porque necesita recuperar el control de alguien que se le está escapando. No es un proceso genuino de autoconciencia, es un instrumento de manipulación.
Aquí surge un gran riesgo: el terapeuta, sin saberlo, puede convertirse en un proveedor de armas más sofisticadas para el narcisista. Al escuchar, al validar o al explicar ciertos mecanismos, el narcisista puede usar ese conocimiento en contra de quienes conviven con él, afinando aún más sus estrategias de control, manipulación y devastación emocional.
Además, el narcisista tiene una visión grandiosa de sí mismo: cree que tiene más capacidad intelectual que el terapeuta, psicólogo o psiquiatra. Desacredita su opinión, se burla internamente de sus observaciones y utiliza la información a conveniencia. No busca sanar, busca ganar.
Por todo esto, la terapia con un narcisista no siempre es recomendable, a menos que el profesional esté altamente entrenado en el tema y tenga muy claros los límites. Porque mientras una persona busca ayuda para crecer, el narcisista puede acudir solo para reforzar su juego de poder.
✨ Suscríbete a mi canal de YouTube para más reflexiones y herramientas sobre cómo identificar y liberarte de una Relación de Riesgo.