07/10/2025
El ejercicio retrasa el envejecimiento cerebral mediante la comunicación músculo-cerebro.
Durante el ejercicio, el músculo se comunica con el cerebro y otros órganos a través de mioquinas liberadas a la circulación. Por esta vía se pueden modular variables cerebrales como el flujo sanguíneo, la tasa metabólica, la biogénesis mitocondrial, la neurogénesis, el plegamiento de proteínas, los efectos oxidativos, la inflamación y la senescencia celular, influyendo así en el estado de ánimo, el sueño, la cognición, la ingesta de alimentos y la neurodegeneración.
El ejercicio ayuda a preservar la integridad y la función del circuito amígdala-hipocampo, promoviendo una mejor memoria y cognición. También se beneficia la formación de mielina y la homeostasis del colesterol en el cerebro. Este efecto preventivo y terapéutico es prometedor para mejorar la neuroplasticidad en padecimientos caracterizados por desmielinización, como la esclerosis múltiple.
Como medida básica, toda persona debe evitar largos periodos de inactividad. 5 días de inactividad ejercen efectos negativos sobre la sensibilidad a la insulina, los lípidos en sangre y la presión arterial. Reemplazar estar sentado por estar de pie durante las horas de trabajo o realizar breves caminatas puede mejorar los resultados de salud.
Pourteymour S, Majhi RK, Norheim FA, Drevon CA. (2025)
https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC12240646/