22/04/2025
Estoy de vacaciones en un crucero donde la mayoría de los pasajeros tiene más de 75 años. Lo que más me ha sorprendido —y alegrado— es ver el gimnasio lleno desde temprano. Personas mayores, con energía, disciplina y una actitud admirable hacia el movimiento y el autocuidado.
Como ortopedista, no puedo evitar notar la gran diferencia entre quienes han hecho del ejercicio un hábito y quienes no. La vitalidad, la postura, la agilidad… incluso el estado de ánimo se transforma.
El movimiento es vida. No importa la edad, nunca es tarde para empezar a cuidar el cuerpo que nos sostiene cada día.
¡Que todos lleguemos a los 70, 80 o más con fuerza, equilibrio y alegría!