25/05/2025
El establecimiento de una rutina de cuidado facial con productos no irritantes es fundamental para preservar la barrera cutánea y la microbiota local, evitando la exacerbación de las lesiones.
Se recomienda el uso de limpiadores suaves con un pH entre 5 y 7, aplicados no más de dos veces al día, para prevenir la sequedad y el daño a la barrera cutánea.