28/11/2025
La mujer no solo crea vida.
Crea realidades enteras… aunque nadie lo aplauda, aunque no haya dinero de por medio, aunque la sociedad le diga que “eso no cuenta”.
Nuestro poder creador ha sido reducido a resultados, a productividad, a metas, a monetización.
Nos hicieron creer que si no se vende, si no se vuelve éxito, si no se puede medir… entonces no vale.
Y eso nos desgarró por dentro.
Porque la creación REAL, la que nace del cuerpo, del espíritu, del caos y la intuición, no siempre es bonita, ni ordenada, ni rentable.
A veces es llorar en el suelo y levantarte con otra claridad.
A veces es reinventarte mientras sostienes a tus hijos.
A veces es decir que no, cerrar ciclos, quemar lo que ya no cabe en tu piel.
Eso también es crear.
Las mujeres creamos mundos invisibles:
decisiones que cambian rutas, gestos que sostienen vidas, intuiciones que salvan horas oscuras, pequeñas elecciones que se vuelven futuros completos.
Somos creación en movimiento incluso cuando nadie nos mira.
Y sí: el capitalismo nos atrapó.
Nos convenció de que nuestro valor está afuera, en lo que producimos, no en lo que somos.
Nos separó de nuestro poder primario y salvaje de imaginar, sentir, transformar.
Pero ese poder sigue ahí.
Bajo la piel.
En la voz que callas.
En la idea que no te atreves a nombrar.
En la mujer cósmica que se abre paso entre el deber y la culpa.
Recordarlo duele.
Pero también libera.
Porque tú no estás aquí para encajar.
Estás aquí para crear.
A tu manera.
A tu ritmo.
Desde tu verdad.
Desde tu cuerpo.
Ese es tu poder.
Y ya no vamos a dejar que lo apaguen.
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