30/01/2025
Las heridas emocionales en los hombres desde la interacción con el padre pueden tener consecuencias en la edad adulta si no son sanadas de forma adecuada.
La herida no está sanada cuando ha dejado de doler, la herida es un malentendido que nos lleva a repetir patrones o a buscar el extremo opuesto en lugar de buscar un equilibrio.
Las heridas más comunes en la infancia y sus posibles consecuencias en la edad adulta son:
Herida de rechazo: Se origina cuando el niño siente que no es aceptado por su padre, ya sea por su forma de ser, sus intereses o sus capacidades. Esto puede manifestarse en críticas constantes, falta de apoyo o indiferencia. Las consecuencias en la edad adulta pueden ser: baja autoestima, inseguridad, miedo al rechazo, dificultad para establecer relaciones íntimas y tendencia a buscar la aprobación de los demás.
Herida de abandono: Surge cuando el niño experimenta la ausencia física o emocional de su padre, ya sea por divorcio, trabajo, enfermedad o negligencia. Esto puede generar sentimientos de soledad, tristeza y desamparo. Las consecuencias en la edad adulta: Dependencia emocional, dificultad para confiar en los demás, miedo al compromiso, tendencia a relaciones inestables y necesidad de atención constante.
Herida de humillación: Se produce cuando el niño es expuesto a situaciones de vergüenza o ridículo frente a otros, ya sea por parte de su padre o de otras personas significativas. Esto puede dañar su autoestima y generar sentimientos de inferioridad. Las consecuencias en la edad adulta: Baja autoestima, dificultad para expresar emociones, miedo a la crítica, perfeccionismo, tendencia a la sumisión o a la agresividad.
Herida de traición: Ocurre cuando el niño siente que su padre no ha cumplido sus promesas o expectativas, o que ha actuado de forma desleal o incoherente. Esto puede generar sentimientos de decepción, desconfianza y resentimiento. Consecuencias en la edad adulta: Dificultad para confiar en los demás, miedo a la intimidad, tendencia a relaciones conflictivas, dificultad para perdonar y rencor.
Herida de injusticia: Se origina cuando el niño siente que ha sido tratado de forma desigual o injusta por su padre, ya sea por favoritismo hacia otros hermanos, falta de reconocimiento o castigos excesivos. Esto puede generar sentimientos de rabia, frustración e impotencia. Consecuencias en la edad adulta: Dificultad para aceptar la autoridad, rebeldía, tendencia a la crítica, resentimiento, dificultad para establecer límites y necesidad de control.
No todos los hombres que experimentan estas heridas en la infancia desarrollan las consecuencias negativas en la edad adulta. Algunas personas logran superar estas experiencias y construir una vida plena y saludable.
La relación con el padre es solo uno de los factores que influyen en el desarrollo emocional de un hombre. Otros factores como la relación con la madre, los hermanos, los amigos y el entorno social también juegan un papel importante.
Estas heridas pueden ser sanadas a través de terapia psicológica, trabajo personal y apoyo emocional. Es fundamental reconocer y validar estas heridas para poder iniciar el proceso de curación.
David Ríos Cortina
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Libros:
"Heridas emocionales de la infancia" de Lise Bourbeau
"El hombre emocionalmente sano" de Robert A. Glover