16/10/2025
1. Mateo 4:23-24 Jesús recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas, anunciando las buenas nuevas del reino, y sanando toda enfermedad y dolencia entre la gente. Su fama se extendió por toda Siria, y le llevaban todos los que padecían de diversas enfermedades, los que sufrían de dolores graves, los endemoniados, los epilépticos y los paralíticos, y él los sanaba.
Dios es más grande que cualquier enfermedad, esa es una de las certezas que tenemos sus hijos. No ha habido ni jamás habrá una enfermedad o pandemia que sea más poderosa que nuestro Dios. ¡No lo dudemos!
Uno de los nombres de Dios es Jehova-Rapha, cuyo significado es el SEÑOR que sana. Nuestro Dios es Dios sanador y puede sanar cualquier enfermedad. «Yo soy el Señor, que les devuelve la salud» nos dice su palabra en: Éxodo 15:26. Por eso podemos tener toda confianza cuando acudimos ante él para llevarle nuestras peticiones de salud física, emocional o espiritual.
Cuando Jesús, Dios encarnado, ministraba a las multitudes que le seguían, las sanidades formaban parte esencial de su ministerio. Jesús sanó a muchas personas de una gran variedad de enfermedades, algo que vemos en estos textos bíblicos que hablan sobre el poder sanador de Jesús.
Jesús ministró sanidad desde el mismo inicio de su ministerio público. Él no solo se dedicó a enseñar y a anunciar las buenas nuevas del evangelio. También sanó todo tipo de enfermedad, dolor, condición física o espiritual. Su ministerio abarcaba tanto esparcir el evangelio como ministrar sanación a los enfermos. Esto lo hizo por toda la región de Galilea y su fama se extendió.
La gente se dio cuenta de que él tenía verdadero poder. Por eso llevaban ante él a las personas afligidas tanto por enfermedades físicas como por la necesidad de liberación espiritual (los endemoniados). Jesús demostró que tiene poder para sanar el cuerpo y para liberar al ser humano de la opresión del maligno.
En este dio el Señor Todopoderoso quiere que leas y guardes en tu memoria estas palabras escritas en: Salmo 147:3,5: Él sana a los quebrantados de corazón, Y venda sus heridas. Él cuenta el número de las estrellas; A todas ellas llama por sus nombres. Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; Y su entendimiento es infinito.
¿Habrá algo que no pueda hacer Nuestro Padre Celestial? alguna enfermedad que no pueda sanar? DEFINITIVAMENTE NO. EL sigue sanando y haciendo milagros en todos y en todo lugar, solo necesitamos tener fe y obedecer a sus palabras.
¿Hay algo que te aflige hoy? Llévalo en oración ante el Señor Dios, nuestro Salvador. Él tiene siempre la respuesta y solución para ti, no dejes que la desesperanza y desanimo te venza.
¡!! BEN CRISTO SOMOS SALVOS, LIBRES, SANOS Y MAS QUE VENCEDORES ¡!!
DIOS TE BENDIGA.
Pastor: Segundo Octavio Carbajal Benites.