29/11/2025
El estrés no es una medalla de productividad ni una señal de que “estás cumpliendo”.
El estrés es, literalmente, tu cuerpo gritándote que algo no está bien.
Y lo más peligroso es que nos acostumbramos.
Normalizamos el n**o en la garganta, el insomnio, la irritabilidad, la tensión en la espalda, la falta de deseo sexual, el estómago revuelto, la mente acelerada.
Lo llamamos “así soy yo”, cuando en realidad es tu sistema nervioso viviendo en modo supervivencia.
El estrés sostenido te cambia:
• Te vuelve más reactivo.
• Te desconecta de tus relaciones.
• Te quita placer.
• Te roba creatividad.
• Te hace menos tú.
No es debilidad pedir espacio, descanso o ayuda.
Debilidad es fingir que no pasa nada mientras te desmoronas por dentro.
Escucha a tu cuerpo:
– Si estás irritable, quizá necesitas límites.
– Si te sientes agotado, quizá necesitas parar.
– Si ya no disfrutas nada, quizá necesitas apoyo.
– Si tu deseo sexual bajó, quizá tu sistema está saturado, no roto.
El estrés no se resuelve “echándole ganas”.
Se resuelve tratándonos como seres humanos, no como máquinas.
Cuida tu mente.
Cuida tu cuerpo.
Cuida tu paz.
Eso también es salud emocional y salud sexual.