28/11/2025
Y entonces, en medio de este despertar, aparece una comprensión que toca hondo:
No necesitas cerrar nada con enojo.
No necesitas explicarle a nadie quién eres ahora.
No necesitas justificar lo que sentiste,
ni convencer a nadie de lo que aprendiste.
Tu proceso no necesita testigos.
Tu verdad se sostiene sola.
Porque lo que estás viviendo no es un final, sino una transición sagrada.
Una transición donde te miras de frente y reconoces que lo que dolió, también te abrió caminos.
Que lo que se quebró, te devolvió a tu centro.
Y que lo que se cayó, te liberó para poder avanzar más ligero.
Desde ese lugar, perdonar no significa olvidar, ni justificar, ni hacer como si no hubiera pasado.
Perdonar, ahora, significa soltar el peso para no cargar lo que ya no vibra contigo.
Significa honrar tu paz más que tu orgullo.
Significa entender que hay despedidas que también son un acto de amor propio.
Y así, sin rabia, sin lucha, sin drama, empiezas a cerrar ciclos con una elegancia interna que solo tienen las almas que ya despertaron.
Caminas…
y al caminar, lo viejo deja de seguirte...❤️🩹