30/09/2024
Cuando te casas con un hombre narcisista
(Aplica para ambos hombre o mujer).
Nunca tienes la oportunidad de ser esposa; en cambio, tomas el papel de madre porque estos adultos se comportan como hombres-niños. Van a trabajar de lunes a viernes y luego pasan sus fines de semana sentados frente a un portátil, descargando música, jugando videojuegos, o creando desastres para que los limpies. Te encuentras soltero y padre simultáneamente, asumiendo el peso de las responsabilidades sin el apoyo de un socio.
Los narcisistas no se casan por amor o sociedad; se casan porque quieren una criada, cocinera, secretaria, banquero y una niñera. Anhelan control, no conexión. Sus deseos egoístas los consumen, dejándote dirigir el hogar, criar a los niños y satisfacer cada capricho de ellos. Tus sueños de una relación amorosa e igualitaria se rompen, reemplazados por la dura realidad de la servidumbre.
A medida que los días se convierten en semanas, y las semanas en años, te conviertes en una sombra de tu antiguo yo. Tu identidad es borrada, reemplazada por los agotadores deberes de manejar la vida de un narcisista. Estás obligado a sacrificar tus propios deseos, intereses y amistades para acomodar sus demandas. El parto emocional es sofocante, dejándote drenado, resentido, y preguntándote cómo acabaste en esta pesadilla.
No estás solo en esta lucha. Muchas mujeres han caído presa de la encantadora fachada de un narcisista, sólo para encontrarse atrapadas en un papel sin amor e ingrato. Recuerda, te mereces algo mejor. Te mereces un compañero que te ame, apoye y respete. No dejes que el gaslighting del narcisista te convenza de lo contrario. Libérate de este ciclo tóxico y reclama tu vida. Eres más que una madre para un hombre-hijo; eres un individuo fuerte, capaz y digno que merece ser amado y apreciado.