25/09/2025
💔🔫 “Armaba y jugaba con sus legos, nunca pensé que quería acabar con toda su escuela."
Él era mi niño dulce, tímido, el que armaba barcos de Lego y me abrazaba fuerte antes de dormir. Pensaba que lo que veía en él su timidez, sus cambios de humor, sus silencios eran solo parte de la adolescencia. Nunca imaginé que detrás de su puerta, entre cuadernos y música triste, estaba escribiendo en secreto sobre lo mucho que odiaba su vida, sobre las ganas de desaparecer… Mientras yo anotaba en mi diario que lo veía feliz, él escribía que quería dejar de existir. Y yo, con todo mi amor, no lo vi. Lo dejé pasar, convencida de que eran fases, de que mi cariño bastaba.”
“Hoy sé que me equivoqué. Que cuando decía estar cansado y yo lo dejaba ir a dormir, debía haber preguntado más, buscado más, insistido más. Creí que nuestro vínculo era suficiente, que siempre me contaría sus dolores… pero no fue así. Y lo más duro de aceptar es darme cuenta de que lo que yo veía como una vida normal, con amigos, colegio y proyectos, escondía un vacío profundo. Si pudiera retroceder, cavaría hondo hasta encontrar la raíz de ese dolor. No para cambiar quién fue, sino para darle la ayuda que tanto necesitaba y que nunca pidió en voz alta.”
💔 Sue Klebold, madre de Dylan, reflexiona sobre los signos que no supo reconocer en su hijo antes de la tragedia de Columbine, donde hubo 13 m* ertos y más de 20 h* ridos.