30/10/2025
Un día los llevas a casa desde el hospital,
con ese gorrito diminuto que se les cae sobre los ojos,
manos tan pequeñas que ni siquiera alcanzan a rodear tu dedo.
Y de repente…
los estás ayudando a ponerse su pequeño disfraz de Halloween,
viéndolos correr de casa en casa,
con su cubeta de calabaza en la mano, riendo en cada puerta.
Es increíble lo rápido que pasa todo.
Parpadeas, y el bebé que antes arrullabas para dormir
ahora te saluda desde el final del camino.
La maternidad es una mezcla agridulce,
mil primeras veces que te recuerdan lo rápido que pasa el tiempo.
Así que toma muchas fotos,
abrázalos un poquito más,
y disfruta cada momento.
Porque un día, lo único que quedará serán los recuerdos
de esas etapas que pensaste durarían para siempre.
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