26/09/2022
Muchas veces creemos que no deberíamos de sentir ciertas emociones porque las hemos catalogado como “malas”, llevándonos a rechazar aquello que sentimos.
No existen emociones buenas ni malas, eso es algo que la cultura o sociedad nos ha ido inculcando, sin embargo, las emociones simplemente son emociones.
Es energía en movimiento causada por algo que estás experimentando en ese momento o por algún pensamiento.
Lo más importante es el primer paso: reconocer. Reconocer lo que estás sintiendo, sin desprecio ni rechazo… es el permitirte que existe una emoción que está surgiendo en tu cuerpo.
Al reconocerla, creas el espacio para observarla. Te permites observar lo que estás sintiendo, sin juicio ni etiqueta.
Al observar aquello que estás sintiendo, sin rechazo, le das la bienvenida a la emoción aceptándola. El aceptar la emoción no significa que vayas a vivir desde esa emoción por el resto del día o que va a afectarte.
El aceptar, es permitirte ser honesta con aquello que estás sintiendo. Aceptar para poder así transformar.
Puedes transformar esa emoción al cuestionar para que llego a tu cuerpo. Tal vez hay un límite que está siendo roto, tal vez tomaste una acción sin el resultado esperado, tal vez estás en un duelo… el encontrar el para que te permite luego liberar esa emoción.
Una vez reconocido el para que, ahora si libera la emoción y transfórmala en amor o en luz. Permite que esa emoción ilumine tu camino hacia donde quieres ir o hacia alguna acción que es necesaria tomar.
Libera y observa si es necesario tomar una decisión o una acción para soltar esa emoción de tu cuerpo. Puede ser a través de la respiración, del baile, del canto, de un abrazo…
Las emociones son y te vienen a decir algo, elige darles la bienvenida sin miedo y sin juicio para que así esa emoción cumpla con su trabajo y te permita andar en tu camino de la vida. 🫶🏼