18/09/2025
Efecto de sesgo cognitivo
En 1995, McArthur Wheeler robó dos bancos en Pittsburgh convencido de que el jugo de limón en su rostro lo haría invisible ante las cámaras de seguridad.
Inspirado por la idea de la tinta invisible, se aplicó el cítrico, se tomó una foto Polaroid (en la que no se vio, por error técnico) y creyó haber comprobado su teoría. Entró a los bancos sin cubrirse el rostro y sonrió directamente a las cámaras. Fue arrestado horas después.
Su caso llamó la atención de los psicólogos David Dunning y Justin Kruger, quienes lo usaron como base para estudiar cómo las personas con baja habilidad tienden a sobreestimar su competencia. Así nació el famoso efecto Dunning-Kruger, un sesgo cognitivo que hoy se estudia en todo el mundo.