Psicólogo Sexologo

Psicólogo Sexologo Psicoterapia individual y de pareja. Terapia Psicosexual. Citas al 2222727848.
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28/03/2025

Síntomas que te indican si lo que sientes es amor.
Existen una serie de sentimientos que comparten con el amor algunas de sus características y muchas veces hacen difícil saber si realmente estamos enamorados. Para no complicar este análisis sobre el tema, voy a omitir la descripción de las substancias químicas involucradas (la tan popular química del amor y solo la mencionaré al final), porque para demostrarnos que estamos enamorados no es recomendable hacernos un análisis de laboratorio. En cualquier caso, cuando te enamoras, esas substancias -lo sepas o no-, estarán acompañándote porque son el resultado y no la causa de tu enamoramiento.

Hablaré por lo tanto de la fenomenología del amor, esto es, de cómo se vive. En primer lugar hay que decir que el amor es algo que siento, no es algo que pienso; el amor no aparece a través de una decisión voluntaria, es un sentimiento que descubres cuando ya está instalado, esto es cuando ya estás enamorado/a. A continuación leerás una síntesis de los elementos que te ayudarán a identificar si lo que sientes es amor.

Cuando conoces a alguien, puede ser que su forma de ser, sus actitudes o su conversación te gusten, quizás te sientas físicamente atraído, quizás despierte aquel deseo sexual adormecido, quizás te gustaría que esa persona se fijara en alguna de tus cualidades y quisieras apropiarte del tiempo de esa persona. Cualquiera de esas situaciones que despiertan alarmas internas inesperadas, si se amalgaman unas con otras y son consistentes con tus expectativas, te motivarán a tratar de mantener un contacto más estrecho con esa persona; seguramente te sorprenderás pensando más de la cuenta en ella entre otros comportamientos inusuales que tienen el propósito -lo sepas conscientemente o no-, de asegurarte que sigue ahí cerca y que es igualmente receptiva a tus acercamientos.

El amor tiene otros síntomas que irás descubriendo con el trato. Descubrirás que esa persona se vuelve progresivamente muy importante y tratarás sobremanera de agradarla, complacerla y halagarla, lo cuál irá acompañado de una intensa satisfacción solo por el hecho de verla feliz. Las pláticas interminables de todo y nada serán más frecuentes (perderás la noción del tiempo estando con ella). Tu mente generará fantasías de una vida juntos. Te sentirás capaz de sortear cualquier dificultad que te impida estar cerca de esa persona y sufrirás si se aleja. Así descubrirás la parte romántica del amor.

Si lo que sientes es un amor pasional, tu mente construirá involuntariamente una imagen física ideal de esa persona: hermosa/varonil, atractivo/a y deseable, lo que te motivará aún más al acercamiento físico e incrementará tu deseo sexual; y algo muy importante, ninguna otra mujer/hombre, será capaz de despertar ese tipo de deseo. Es más, te darás cuenta que has perdido el interés y la motivación por otros hombres o mujeres de forma involuntaria (no porque sea una decisión consciente con el propósito de asegurarle a esa persona que es única). Tu mente generará fantasías sobre una relación juntos a largo plazo, viviendo felices.

El amor surge involuntariamente, no tiene edad, es ciego, no respeta las diferencias físicas ni grupo étnico, (recuérdese la representación del amor en la mitología griega [Cupido], que aparece representado como un niño con los ojos vendados listo para disparar indiscriminadamente sus flechas de amor). El amor no respeta los convencionalismos sociales; Helena, era una mujer casada cuando se fuga con el bello Paris y ese hecho desencadena la legendaria guerra de Troya; Manuelita Saenz, también una mujer bien casada, se enamora del Libertador Simón Bolívar, John Lennon a pesar de todos los pronósticos, se enamora de Yoko Ono, en Hollywood las parejas desafían todo límite de edad, cultura, grupo étnico, religión, etc.

La elección de esa persona especial, activa un cóctel hormonal que facilita que la mente sobrevalore las características de la otra persona y la vida en común, proporcionándole al vínculo afectivo su fuerza y colorido inicial que desafía todas las posibles trabas. Cuando el amor triunfa, se conforma la pareja y después del primer o segundo hijo/a, -según las hipótesis de los biólogos evolutivos-, ese cóctel empieza a disminuir y la toma de decisiones queda en control de nuestra corteza prefrontal. Se impone la consciencia y la cultura para mantener esa relación a largo plazo al gusto de ambos o proceder a disolverla.

Se ha hablado mucho de la distinción entre el enamoramiento, que se identifica por los efectos alterados provocados por el coctel químico inicial, del "verdadero" amor, que aparece cuando se toma consciencia del valor que esa persona tiene en nuestra vida y tendemos a hacer todo lo posible por mantener esa relación por decisión. Nos acostumbramos a su presencia, nos hace falta cuando no está, etc. En este momento es claro, que el apoyo químico al vínculo afectivo amoroso, ya cumplió su misión y deja el campo libre a la dinámica social con sus rituales, costumbres, valores y a las decisiones personales que son las que permitirán o no, que esa relación continúe. El enamoramiento da paso al amor de conveniencia/convivencia "en las buenas y en las malas". Una relación de acompañamiento, amistad con s**o eventual, responsabilidades conjuntas, experiencias compartidas, confianza, apoyo, cuidado, etc. etc. que es la parte de la historia más conocida.

18/03/2025

Anorgasmia y Ey*******ón Precoz, la pareja perfecta
Cuando escuchamos que una mujer presenta dificultades para obtener un orgasmo podemos suponer que el hombre con quien tiene relaciones sexuales presenta ey*******ón precoz. ¿Por? Falta de coordinación, él es más rápido que ella. Además, si agregamos una estimulación inadecuada e insuficiente producto de una cultura poco expresiva en esta materia, tenemos todos los ingredientes para obtener una combinación disfuncional muy efectiva y duradera.
El binomio anorgasmia-ey*******ón precoz generalmente surge tempranamente y acompaña la relación de pareja desde el inicio de su vida sexual activa; este es uno de los motivos, -especialmente en parejas que tienen poco a nula experiencia sexual-, por los que tiende a permanecer durante largo tiempo ya que no lo identifican como una disfunción o un problema sino que lo aceptan como algo que así se dio.
El problema se presenta cuando el hombre, la mujer o ambos se dan cuenta que sus relaciones sexuales padecen de una falta sistemática de satisfacción sexual y deciden encarar la situación. Generalmente ella se queja de que él no le da tiempo de lograr el orgasmo porque eyacula muy rápido y nunca se plantea la posibilidad de que ella sea muy lenta (situación que ocurre en algunos casos). Sin embargo en la mayoría de los casos, él acepta que esas eyaculaciones rápidas se han convertido en poco satisfactorias para si mismo y se da cuenta que no ayudan a que la mujer obtenga un orgasmo.
En la consulta s**ológica y después de que la pareja plantea el problema, es necesario aclarar que no se trata solamente de que el hombre aprenda a “aguantar” sin eyacular cierto número arbitrario de minutos o que ella responda más rápido a los estímulos sexuales efectivos; en realidad estamos hablando de una experiencia simbólica compartida entre dos personas adultas que quieren aprender a modificar su interacción en la intimidad con el objetivo de mejorar su desempeño sexual.
El diagnóstico diferencial sobre este tipo de problemática nos muestra que la disfunción puede ser global o situacional (si se da en todos los casos o solo en algunos); primaria o secundaria (si ha sido así toda la vida o surgió en algún momento). En la gran mayoría de los casos, el manejo terapéutico de esta problemática requiere que ambas personas asistan a la terapia y no solo el hombre ya que a pesar de que él aparece como el responsable directo de la situación, su mejoría no nos asegura que el problema de ambos se resuelva. La Terapia Psicosexual se ha demostrado como el recurso más efectivo para tratar este tipo de disfunciones, que si bien no nos impiden tener una vida sexual activa, si afectan su calidad y a la larga termina por distanciar afectivamente a la pareja.

09/12/2024

Quejas comunes sobre la calidad del encuentro sexual

Es fácil darnos cuenta que una gran mayoría de mujeres y hombres se quejan constantemente de que no obtienen lo que esperan de su pareja en la intimidad sexual. En algunos casos la queja es referida a la frecuencia (la cantidad) de los encuentros: hay quienes obtienen menos de lo que esperan y quienes se quejan de un exceso. En otras personas, la queja principal se refiere a la calidad de los encuentros.

Con respecto a la disrritmia entre la frecuencia ofrecida y la esperada de los encuentros sexuales especialmente en parejas estables, lo desarrollaré en otro artículo por sus amplias implicaciones psicosociales, emocionales y propiamente sexuales en las relaciones de pareja.

La calidad del encuentro sexual tiene que ver con la valoración subjetiva que cada quien hace de forma voluntaria y muchas veces involuntariamente, acerca de una gran variedad de aspectos propios de esa actividad que aparecen simultáneamente y que llevan a la evaluación del encuentro. De este conjunto de aspectos que son evaluados, -conscientemente o no-, sobresale una queja muy común en las mujeres que no tiene un referente de igual magnitud en los hombres; la queja principal de las mujeres tiene que ver con la efímera duración del coito que las deja insatisfechas. Tratando de encontrar la contrapartida masculina en este rubro, diré que hay hombres que se quejan de que las mujeres tardan demasiado en llegar al orgasmo y que muchas veces no lo logran, haciéndolos sentir incapaces de proporcionar la anhelada satisfacción.

Si la evaluación de la calidad del encuentro sexual es subjetiva, no podemos confiar ciegamente en las variadas indicaciones de los manuales sexuales que nos dicen cómo satisfacer a la pareja, más que cómo una o sugerencia ya que cada persona es diferente, y así, habrá personas que disfruten del desnudo total y otras que no, habrá personas que consideren lo máximo el s**o oral y otras que lo eviten a toda costa, etc.

Las orientaciones que mejor nos pueden servir en este terreno tienen que ver con reconsiderar la manera en que solemos aproximarnos a la pareja como persona en primer lugar ya que de ahí derivará nuestra forma de actuar en la intimidad. Por ejemplo, si la relación se basa en el respeto a la forma de ser de la pareja y por consiguiente en una actitud de apertura y disposición al conocimiento mutuo es un buen comienzo; si a esto le agregamos que saben comunicarse acerca de su intimidad (hablar de lo que les gusta) y que por tanto pueden evaluar y consensuar sus diferencias como personas adultas, esto es un todo un logro.

Ahora, ¿cuáles son esos puntos específicos que una vez evaluados tienden a definir la calidad de la interacción sexual? Estos son muy variados y su "aceptación", "rechazo" u "opcional en función del contexto", redundarían en el mantenimiento de una interacción sexual de calidad. Entre los temas a considerar tenemos los siguientes:

- Expectativas con respecto al coito: duración, posiciones, verse a los ojos, hablar, desnudez, privacidad...
- Prácticas sexuales: preferencia por s**o oral, s**o a**l, vídeos sexuales, actividades sadomasoquistas, fantasías sexuales, autoerotismo, juguetes eróticos, juegos de roles...
- Interacción sexual: quien toma la iniciativa, propuestas y toma de decisiones...
- Más allá de la monogamia: tríos, intercambio de pareja, orgía...
- Uso de substancias para "facilitar" la actividad sexual: medicamentos, dr**as, alcohol...
- Parejas con infecciones de transmisión sexual incurables, prótesis y problemas psicológicos y médicos en general...

Las diferencias y consensos relativos a cada punto enumerado anteriormente y otros más no enumerados, no se determina de una vez y para siempre sino que puede variar según nuestros deseos, estado de ánimo, situación emocional, etc. por lo que se requiere estar atento a esas variaciones personales que finalmente ayudan también a evitar la monotonía en la relación especialmente cuando son relaciones de pareja estables.

03/09/2024

Los desencuentros entre el amor y el s**o
Parece que en el S XXI, la eterna discusión entre sí el amor o el s**o es lo más importante en una relación de pareja se mantiene intacta con fervientes defensores y defensoras de uno y otro lado. Sin entrar a a**lizar el contenido de los argumentos que se exponen para defender una u otra posición ya que sería una lista interminable, les describiré brevemente lo más interesante de esta discusión.
Para algunas personas (especialmente hombres), una relación de pareja tiene que empezar por la atracción física sexual ya que eso aseguraría una buena relación. Afirman que una vez consolidado ese vínculo pasional, vendrían los sentimientos amorosos a fortalecer la relación. La atracción física sexual se complementaría en algún momento de la relación con el vínculo amoroso dando como resultado al famoso s**o con amor. Sin embargo, siendo mal pensados, puede ser que el s**o inicial no de paso al amor y la relación se conforme con el conocido s**o sin amor.
Las personas (especialmente mujeres), que se inclinan por considerar que el amor es prioritario para iniciar una relación de pareja y que en algún momento, ese sentimiento daría paso a la intimidad sexual, nos pondría frente al anhelado amor con s**o. Sin embargo, también es posible que el amor inicial no de paso al s**o y se quede como el simplón amor sin s**o.
En resumidas cuentas, si la relación inicia con el s**o tendríamos dos posibilidades, s**o con amor o s**o sin amor. Asimismo, si la relación empieza con el amor tendríamos también dos posibilidades, amor con s**o y amor sin s**o. Habría que considerar una quinta posibilidad en la que amor y s**o aparecen al mismo tiempo.
Aunque el s**o sin amor y el amor sin s**o son los tipos más comunes entre las parejas, -son al mismo tiempo-, los que menos merecen nuestra atención cuando se trata este tema, excepto cuando generan problemas. La variante más escasa estadísticamente y de la que más se habla es aquella en la que el amor y el s**o se confunden porque aparecen al mismo tiempo.
Cuando la relación de pareja se inicia por la atracción física y el deseo sexual y en algún momento posterior se despiertan los sentimientos amorosos, estos -según lo esperado-, deberían fusionarse sin que ninguno de ellos perdiera importancia. Hay que decir que esta posibilidad no es la nada común ya que -por algún motivo-, cuando el s**o va bien al inicio, la irrupción de los sentimientos amorosos tiende a competir y muchas veces a desactivar el deseo sexual lo que da paso a la opción amor sin s**o. En estos casos, para que el s**o funcione debe conservar su propio espacio separado del espacio que correspondería a la expresión de los sentimientos amorosos.
En el amor con s**o (que es el modelo ideal del romanticismo), la relación debería iniciarse con el despertar de los sentimientos amorosos que vinculan emocionalmente a la pareja y esa confianza y cercanía daría paso "naturalmente" al deseo y la actividad sexual. Este paso "natural" del amor al s**o no siempre se da y la relación puede permanecer indefinidamente como amor sin s**o.
Hay que considerar que las descripciones antes hechas son dinámicas y pueden cambiar momentánea o perdurablemente. Lo importante es que las personas involucradas en una relación identifiquen las características predominantes de su interacción y puedan -de mutuo acuerdo-, ir haciendo pequeños ajustes que los llevarán a sentirse plenos tanto en el terreno sexual como en el amoroso. Obviamente también tenemos la opción psicoterapia.

Descubre tus miedos sexualesLa falta de una educación sexual temprana, aunada al aprendizaje de tabúes sociales relacion...
23/08/2024

Descubre tus miedos sexuales
La falta de una educación sexual temprana, aunada al aprendizaje de tabúes sociales relacionados con los órganos sexuales y la sexualidad en general, además de fomentar la ignorancia en el terreno sexual y dificultar la aceptación de las características psicobiológicas particulares de cada quien, vuelven más complicadas las interacciones psicosexuales adultas con temores y miedos infundados.
Hombres:
Los miedos más comunes en el hombre derivan de la dificultad de aceptar el tamaño de su pene al creer que es inadecuado. Una gran mayoría de hombres durante la pubertad se cuestionan acerca del "tamaño ideal" de su pene. La duda sobre ese tamaño ideal no se resuelve nunca porque las estadísticas que constantemente aparecen en los medios sobre este tema arrojan resultados siempre diferentes y después de décadas de "mediciones" no hay ninguna medida standard reconocida como referencia universal válida (lo cuál, si llegara a suceder tampoco ayudaría). Un dato muy interesante es que los comentarios de la pareja sobre el tamaño del pene, son una referencia muy importante sobre la que, -en la gran mayoría de veces-, descansa la seguridad o la inquietud subjetiva de muchos hombres. La mujer en ese sentido tiene un súper poder sobre la frágil autoestima masculina.

Relacionado con el tamaño del pene, tenemos otro temor masculino muy común, éste deriva de la creencia que relaciona directamente el tamaño con el grado de satisfacción sexual otorgado. Esta fórmula funciona subjetivamente como una ecuación directamente proporcional -a mayor tamaño mayor grado de satisfacción y a menor tamaño, menor grado de satisfacción-.

Otro de los miedos comunes, se refiere a "fallar" (perder la erección), en algún momento del encuentro sexual. Cuando se ha tenido esta experiencia, algunos hombres generalizan la posibilidad de su ocurrencia a otros momentos y de esa manera anticipan que terminarán perdiendo la erección como una profecía autocumplidora.

La preocupación constante sobre no poder satisfacer a la pareja adecuadamente, y también, sentir que no son capaces de responder a las demandas sexuales de la pareja se presenta con cierta frecuencia aún con una pareja que les asegura que su grado de satisfacción sexual es bueno. En esas cabezas masculinas siempre cabe la duda y no dejan de preguntarse si su pareja es realmente honesta con ellos.

Tener un pene con un tamaño inadecuado que no logre satisfacer a la pareja, temor a perder la erección en cualquier momento, no poder responder adecuadamente a las demandas sexuales de la pareja y otros más, traen consecuencias negativas directas sobre la expresión de la personalidad y el comportamiento masculino que rebasan con mucho, el aspecto sexual.

Mujeres:
En el caso de las mujeres tenemos que sus miedos más comunes están relacionados con no sentirse suficientemente atractiva con su pareja. Sentir que no se es capaz de satisfacer a la pareja. Creer que puede no estar a la altura de las demandas sexuales de su pareja. Sentir que en cualquier momento, puede perder el interés de su pareja.

Como sabemos, las mujeres son mucho más cuidadosas de su aspecto personal que los hombres. De manera simplificada ellas cuidan su aspecto personal desde dos ángulos, el aspecto de la belleza misma y el que tiene que ver con la atracción sexual. Una chica no luce su belleza solo porque quiere ser atractiva sexualmente, tiene otros muchos motivos. Tampoco sentirse atractiva sexualmente se identifica con ser bella. Parece que estamos refiriéndonos a dos matices del mismo énfasis sobre el aspecto personal, el cuál es altamente sensible a la percepción masculina por lo cuál el hombre tiene un súper poder sobre la frágil autoestima femenina.

Muchas mujeres se interesan en la satisfacción de su pareja más que en sí mismas ya que ese hecho les procura una sensación de bienestar. Algo así como "me siento plena porque puedo satisfacer tus deseos". El miedo a perder esa capacidad es altamente perturbador para la mujer ya que ellas sólo encuentran un motivo para que esto esté sucediendo: "hay otra mujer mejor que yo en su vida".

Relacionada con lo anterior, muchas mujeres tienen miedo de no poder responder adecuadamente (satisfactoriamente) a las demandas sexuales de su pareja y que por ese motivo la pareja se decepcione y se aleje de ellas. Los motivos son inimaginables: por no tener experiencia, por tener mucha experiencia, por no saber entender lo que la pareja quiere, por un equívoco, etc.

Otro miedo muy común es que su pareja pierda el interés en ellas. Que no las busque y que se vuelva indiferente a su presencia física (y emocional). Este miedo hace que la mente de la mujer le haga trampas y la lleve a interpretar cualquier detalle del comportamiento de su pareja como una posible pérdida de interés lo que la lleva a incrementar innecesariamente sus atenciones y su presencia ante él -lo que muchas veces resulta contraproducente-.

No sentirse suficientemente atractiva, sentirse incapaz de satisfacer a la pareja, creer que no está a a altura de las demandas sexuales de su pareja y sentir que en cualquier momento puede perder el interés de su pareja entre otros, al igual que en el hombre, traen consecuencias negativas directas sobre la expresión de la personalidad y el comportamiento femenino que rebasan con mucho, el aspecto sexual.

21/07/2024

Inquietudes sobre tu sexualidad
¿Tienes alguna inquietud con tu sexualidad? Puede que éstas hayan aparecido hace poco tiempo o que te hayan acompañado desde siempre; en ambos casos te generan incomodidad interna y por supuesto con otras personas restándole presencia a tu personalidad y obligándote a permanecer al margen en situaciones que son importantes para ti. Si a pesar del temor te decides a enfrentarlas, yo te ofrezco ayuda profesional para superarlas y así, cambiar tu experiencia de vida para siempre. Agenda tu cita.

08/10/2023

Psicopatías sexuales

La gran mayoría de categorías diagnósticas en el terreno de la sexualidad tales como la homosexualidad, masoquismo, trasvestismo, sadomasoquismo, parafilias y otras muchas que aún se usan para el diagnóstico clínico y que han pasado al vocabulario popular para referirse a cierto tipo de comportamientos sexuales, fueron acuñadas por los médicos, especialmente psiquiatras en la Europa de los S XVIII y XIX.

En ese momento, el estudio de la sexualidad salía finalmente del control de la moral, la religión y la ley y se convertía en objeto de estudio de las ciencias médicas que no dudaron en aplicar su aparato a**lítico y clasificatorio -cuyas bondades son harto reconocidas en el terreno orgánico-, al comportamiento sexual y su tratamiento, dando origen a la psicopatologización de los llamados vicios ("el vicio solitario") y pecados ("pecados contra natura") de los siglos anteriores que pasarían a ser categorías clínicas.

En la actualidad, esa tendencia a la psicopatologización del comportamiento sexual ha perdido fuerza y se ha reconocido que la naturaleza biopsicosocial de la sexualidad es más compleja de lo que habíamos pensado y que no puede ser explicada solo partir a partir de las pioneras hipótesis sobre el instinto sexual y reproductivo entre otras, que fueron teóricamente dominantes en un primer momento.

Aunque no tenemos aún una teoría integral que nos permita explicar y entender nuestro complejo comportamiento sexual; es ampliamente sabido que muchas de las categorías diagnósticas de las que hablamos, han sido progresivamente eliminadas de los manuales de psicopatología y se ha empezado a reconocer a esos comportamientos como socialmente aceptables. De entre ellos podemos mencionar la homosexualidad, el lesbianismo, transexualismo y varias otras parafilias como sadismo y sadomasoquismo.

Los criterios que utiliza la psiquiatría para distinguir entre un comportamiento sano y uno patológico nunca han sido muy claros. La dificultad para trabajar con la subjetividad, la relatividad sociocultural y la autonomía personal han ido llevando a la ciencia moderna, a utilizar una aproximación más descriptiva que interpretativa para la elaboración de los diagnósticos y a acentuar los criterios pragmáticos que evalúan el deterioro individual en el desempeño de la vida cotidiana (familia, amistades y trabajo).

Para evitar la estigmatización de las personas a las que se atribuye una cierta categoría diagnóstica, los nombres de las patologías se han vuelto más descriptivos; por ejemplo se pasó a denominar como "disfunción eréctil" a lo que se denominaba "impotencia"; las categorías de perversiones, aberraciones y degeneraciones sexuales, prácticamente han desparecido de la literatura científica. Y un poco la tendencia es eliminar la necesidad de etiquetar clínicamente a las personas que piensan, sienten o actúan de una cierta manera y no de otra.

25/09/2023

¿Las relaciones sexuales se han vuelto más complicadas?
Es interesante saber que demasiadas mujeres y hombres dan por hecho que saben lo que erótica y sexualmente será excitante y placentero a la pareja en el encuentro sexual. Es muy posible que estas personas hayan generalizado sus valiosas experiencias particulares en este terreno y crean que son aplicables a todas las demás. También es posible que esa actitud de sapiencia derive del aprendizaje temprano de ciertas creencias socioculturales, -propias de cada sociedad-, que han servido a lo largo de los años para tratar de orientar el comportamiento sexual.

En ambos casos, si consideramos ser una de estas personas, es necesario saber que estamos cometiendo un grave error porque cada persona, -incluyéndonos-, vive la experiencia sexual de manera propia y diferente, no es algo que deberíamos estandarizar y repetir so pena de que se vuelva -como muchas veces suele suceder-, una actividad aburrida, repetitiva y poco satisfactoria.

La mujer supone por ejemplo, que la mejor forma de excitar a un hombre será mostrando su cuerpo desnudo; su sorpresa y quizá su decepción o enojo será que ese hombre no responda de la forma esperada ante esa muestra de disposición y entrega de su parte. La excitación masculina a través de la exposición del cuerpo femenino no es instintiva ni automática, tiene muchos matices que una vez conociéndolos, enriquecerán la relación.

El hombre por ejemplo, asume que la penetración es la actividad principal que toda mujer espera en un encuentro sexual y se concentrará y apresurará a que así suceda sin darse tiempo a identificar y menos a responder, a las múltiples señales que su pareja le va dando acerca de cómo se siente y qué tipo de acercamiento le está pidiendo, volviendo el encuentro sexual un acto mecánico.

Y así, hay muchísimos ejemplos que podríamos encontrar en el día a día de estos hombres y mujeres que actúan -inconscientemente- bajo las prescripciones internalizadas de lo que debería de ser un encuentro sexual y que pasan por alto la parte más importante de la interacción, justamente la riqueza de la interacción humana. Los motivos por los cuales tendemos a repetir este tipo de comportamientos tienen un trasfondo psicológico cuando el hombre es inseguro y tiene temor a perder la erección o la mujer que no se siente suficientemente atractiva y substituye la experiencia por un "performance" repetitivo poco satisfactorio.

Hay que considerar también que aunque desde hace décadas la mujer dejó de ser el objeto sexual del encuentro sexual y exigió su derecho al respeto y la reciprocidad en este terreno, existe un sector de hombres que aún creen que dar cabida a propuestas y demandas propias de las mujeres en un área en la que eran supuestamente "expertos" lo complicó todo; lo cierto es que la vivencia sexual compartida a partir de que la mujer se ha apropiado de su sexualidad, se ha vuelto más interesante y placentera.

El hombre asimismo -ante la incredulidad de un sector de mujeres-, tuvo su propia rebelión con el objetivo de dejar de ser cosificado como único responsable del placer femenino y como quien está dispuesto 24/7 a responder prestamente ante la repetitiva exigencia de cumplir con su "deber" si o sí, sin ninguna consideración acerca de su disposición, gusto, ganas, etc. Sería interesante a**lizar la aparición de los fármacos que facilitan la erección desde la perspectiva de la demanda sexual femenina.

La conclusión de todo esto es simple, se sugiere olvidar los procedimientos estandarizados y legitimados del encuentro sexual y abrirnos a la experiencia misma en cada ocasión como eventos únicos en el entendido de que cada hombre y mujer tiene gustos, expectativas, deseos y fantasías propias y válidas que nos permitirán conocer más profundamente a nuestra pareja y si es que nos sentimos compatibles con esa otra forma propia de ser, enriquecer la relación.

10/07/2023

¿Sigue vigente la monogamia y la fidelidad en la actualidad?
La mayoría de estudios sobre las características de la actividad sexual en la pareja, corroboran la vieja hipótesis de los biólogos evolutivos de que la especie humana es una especie formadora de parejas estables y a largo plazo matizada con intercambios sexuales eventuales -y a veces medianamente largos-, con otra u otras personas con quienes pueden llegar a desarrollarse o no, lazos afectivos.

A pesar de todo, la monogamia en la actualidad, sigue siendo la expectativa predominante para una relación de pareja entre mujeres y hombres; en algunos casos se confía en que la pareja no será infiel y en otros, se incluye a la fidelidad como una cláusula básica para la permanencia de la relación.

Para evitar la estigmatización de las personas "infieles" con el sesgo negativo que culturalmente adquirió la palabra "infidelidad" (que se relaciona comúnmente con engaño, traición, etc.), se ha acuñado un término más descriptivo pero medio enredado cuando se traduce del inglés que sería algo así como: "experiencias no monógamas no consensuadas".

Esta nueva terminología también nos facilita distinguir entre la "no-monogamia no consensuada" la cuál, cuando se hace evidente causa mucho enojo, malestar y sufrimiento en la pareja, y la "no-monogamia consensuada", experiencia que requiere de la aceptación de la pareja. La no monogamia consensuada es un tema del cuál se habla poco y se escribe menos quizás porque aún es uno de los últimos tabúes sexuales en el mundo ultra liberal en el que vivimos y cuya popularidad entre la población estadísticamente aparentemente es muy bajo.

En el imaginario popular era, y aún hoy es altamente incomprensible, que un hombre o una mujer consienta que su pareja tenga intimidad sexual o afectiva con otra persona si es que así lo desea. Esto sucede así porque, en el trasfondo cultural de la relación de pareja, existe la creencia de que la otra persona (hombre o mujer), pasa a ser de nuestra propiedad, un objeto de uso exclusivo. En cambio, si creemos que nuestra pareja es una persona libre e independiente que ha decidido compartir parte de su vida en una relación compartida, estaremos más cerca de entender que debemos respetar sus decisiones.

Recordemos la desvalorización que significaba para el ego masculino, ser señalado como un "cornudo" como consecuencia de la experiencia no monogámica no consensuada de la mujer; así como también la triste imagen de la "mujer engañada" por esa misma razón. "El amante" y "la amante" que dentro de este contexto es la tercera persona involucrada, que pasaría a denominarse descriptivamente: "pareja extradíada".

Es curioso resaltar como la exigencia de la monogamia y la fidelidad que fueron impuestas por la sociedad patriarcal hace más de 2 mil años especialmente sobre las mujeres y que sirvieron para sustentar el dominio histórico del hombre sobre la mujer sigan vigentes -recordemos que el hombre es quien siempre ha exigido la fidelidad sexual de la mujer con el objetivo de asegurarse de la paternidad de su descendencia y que la monogamia ha sido una exigencia hacia las mujeres pero no para el hombre quien siempre ha gozado de más libertad en este terreno-.

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Psicoterapia express

Psicoterapia express se refiere a que el tratamiento psicológico es breve y va dirigido a resolver la problemática de que se trate.

Psicoterapia individual y de pareja. Terapia Psicosexual. Citas al 2222727848. Costo $1,100.00. 11 Poniente No. 2509, Col. La Paz. Puebla Pue.