03/12/2025
El diálogo interno negativo está dañando tu cuerpo
Hablarte mal no solo afecta tu estado emocional: provoca cambios fisiológicos profundos. Cuando te criticas constantemente, tu cerebro interpreta tus palabras como una amenaza y activa el sistema de estrés. Aumenta el cortisol, sube la adrenalina, se acelera el ritmo cardíaco y la presión arterial se eleva.
Si este estado se mantiene, la inflamación aumenta, el sueño se altera, el sistema inmunológico se debilita y el sistema cardiovascular se desgasta. Las personas que viven atrapadas en este patrón tienen mayor riesgo de hipertensión, síntomas cardíacos y enfermedades asociadas al estrés crónico.
Además, el diálogo interno negativo remodela los circuitos emocionales del cerebro. Favorece la ansiedad, la depresión y la rumiación, manteniendo al cuerpo en alerta continua. Esta sobrecarga prolongada —la carga alostática— acelera el desgaste del organismo y afecta la salud física a largo plazo.
Cambiar la forma en que te hablas no es solo bienestar emocional: es proteger tu corazón, tu longevidad y el equilibrio fisiológico que tu cuerpo necesita.
¿Crees que la forma en la que te hablas cada día está afectando tu salud más de lo que imaginas?
Fuente: Psychosomatic Research