12/07/2021
¿Cómo decir adiós al pañal paso a paso? Hay señales que indican que el pequeño empieza a estar preparado para su nuevo aprendizaje. El niño percibe físicamente las sensaciones previas a la evacuación y las identifica, de forma que cambia la expresión de su cara, detiene su marcha o interrumpe su juego porque tiene ganas de hacer p*s o c**a. Mantiene cierta regularidad en sus deposiciones, conservando sus pañales secos al menos durante una hora y media, y cuando está manchado manifiesta desagrado y pide que le limpien. Psíquicamente, el niño muestra deseos de aumentar su autonomía, de imitar a sus padres o compañeros y permitir con facilidad que le sienten en el orinal. Intelectualmente, posee cierta madurez en la comprensión del lenguaje, ya que el niño entiende las instrucciones del adulto y puede responder a lo que éste le pide.
Es aconsejable que el niño se habitúe a sentarse en el orinal de forma voluntaria, pero hay que cuidar ciertos aspectos:
· El ambiente: hay que procurar que el niño esté cómodamente sentado, con una temperatura agradable y siempre acompañado.
· El horario: hay que tratar de realizarlo todos los días a unas horas similares, procurando que coincida con el horario habitual de sus deposiciones o micciones, por ejemplo, después de las comidas. Y evitar variarlo caprichosamente, debiendo coincidir los horarios de la escuela (si el niño asiste) con los de casa.
· La duración: con 5 o 10 minutos será suficiente. Estar demasiado tiempo sentado en el orinal puede ser perjudicial.
· Estímulos: trucos o recursos para que el pequeño pueda permanecer sentado esos minutos de forma motivada, como, por ejemplo, dejarle un muñeco, contarle una historia... y acabar con un beso, un aplauso o un elogio. El resto del tiempo se le mantendrá con pañal, especialmente si se va a la calle o de visita.
No olvidemos que el control de esfínteres es un aprendizaje más. Ha de hacerse de forma natural, sin reproches si tardara algo más de lo previsto. Cada niño es diferente.