20/05/2025
Tu cuerpo no distingue entre una amenaza real… y una emoción que no expresas.
Cuando reprimes lo que sientes, tu cerebro activa una señal de alarma: el cortisol. Y si ese cortisol se mantiene elevado por días, semanas o incluso años, tus defensas se debilitan.
El estrés emocional crónico puede reducir la actividad de células inmunes como los linfocitos T y las células NK (natural killer), además de aumentar la inflamación de bajo grado que está relacionada con enfermedades autoinmunes, infecciones frecuentes e incluso envejecimiento acelerado.
Sentirse enojado, triste o ansioso no es el problema. El problema es no permitirte procesarlo.
Practica la expresión emocional saludable. Escribe, habla, grita en una almohada o acude a terapia.
Llorar es liberar neuroquímicos que literalmente curan.
Atte.
Dr. Pride
Referencias 📚:
- Slavich, G. M., & Irwin, M. R. (2014). From stress to inflammation and major depressive disorder: a social signal transduction theory of depression. Psychological Bulletin, 140(3), 774–815.
- Segerstrom, S. C., & Miller, G. E. (2004). Psychological stress and the human immune system: a meta-analytic study of 30 years of inquiry. Psychological Bulletin, 130(4), 601–630.
- Shields, G. S., Sazma, M. A., & Yonelinas, A. P. (2016). The effects of acute stress on core executive functions: A meta-analysis and comparison with cortisol. Neuroscience & Biobehavioral Reviews, 68, 651–668.