12/01/2015
ENURESIS
Se entiende por enuresis la emisión repetida de o***a durante el día o la noche, en la cama o en la ropa, de manera involuntaria o en ocasiones intencionada, que haya ocurrido por lo menos dos veces por semana durante un mínimo de tres meses o que siendo la frecuencia menor, provoque malestar clínicamente significativo al sujeto, con una edad cronológica igual o superior a cinco años o, cuando se trate de niños con retraso mental, con una edad mental equivalente-Si se tienen en cuenta la diversidad de causas que pueden estar en la base de un problema enurético (neurológicas, anatómicas, pautas incorrectas de aprendizaje, etc.) no es extraño que se suela recurrir a distintos métodos para evaluar e intervenir. Normalmente recurrimos a un examen médico, entrevista con los padres, el niño, observación conductual y registros.
Habitualmente la micción voluntaria se inicia tras la experimentación de las ganas de o***ar. Estas ganas corresponden a la percepción de ciertas sensaciones que parten sobre todo del órgano vesical. Cuando la presión de la o***a alcanza una cierta intensidad, el detrusor se contrae de modo intermitente, estas contracciones aumentan a su vez la presión intravesical. La sensación de ganas de o***ar depende de la estimulación de distintos receptores sensoriales. Así las ganas aumentan con la contracción del detrusor en respuesta a la distensión de la vejiga producida por el aumento de presión de la o***a. Estas ganas se pueden aguantar con la activación voluntaria del esfínter externo y de parte de la musculatura pelviana. Cuando se decide a o***ar se relaja voluntariamente el esfínter externo. El control voluntario también se manifiesta a través de actos como iniciar la micción sin tener ganas o interrumpir la emisión de o***a.
ADQUISICIÓN DEL CONTROL VESICAL
A los tres años el niño promedio suele ir solo al lavabo, y suele anunciarlo antes. Muchas veces no "llega a tiempo" sobre todo si está jugando. A los cuatro años puede ir a cualquier lavabo sin problemas, y empieza a cerrar la puerta. Hacia los cinco, hacer p*s es una actividad privada, a esta edad es capaz de iniciar el vaciado de la vejiga independientemente de la cantidad de o***a que contenga. Esta es una actividad limitada al perro y al hombre exclusivamente.
En ambos s**os, a los 18 meses de edad alrededor del 60% de la población ya ha adquirido control intestinal durante el sueño. Casi la mitad controla la micción durante el día. Cerca del 20% controla la defecación de día Y un 10% mantiene la cama seca por la noche. Hacia los dos años el control nocturno y diurno sobre el esfínter a**l ha sido alcanzado por casi toda la población. Hacia los tres años y medio no se dan tasas semejantes de control vesical, pero sólo de día.
Lo primero que se adquiere es el control re**al nocturno, después de día, luego d vesical diurno y finalmente el nocturno.
TIPOS DE ENURESIS
Cuando el niño se muestra incontinente desde su nacimiento, sin periodos significativos de control vesical, se habla de enuresis primaria, continua o persistente. El trastorno enurético que aparece tras una temporada significativa de control (seis meses -un año), según diferentes criterios se denomina se llama enuresis secundaria, regresiva, de inicio o adquirida.
El incremento de la enuresis nocturna entre los cinco y siete años de edad nos hace pensar que se debe a la aparición de enuresis secundaria durante ese periodo de tiempo. También parece establecido que transcurridos los once años de edad la enuresis secundaria es sumamente infrecuente.
Las características de la enuresis diurna son muy diferenciadas de la nocturna. Tiene una mayor prevalencia en el s**o femenino, suele ir acompañada de mayores alteraciones urológicas, se obtiene peores resultados con los tratamientos convencionales.
EVALUACIÓN
Entendemos por enuresis la emisión repetida de o***a durante el día o la noche, en la cama o en la ropa, de manera involuntaria o en ocasiones, intencionada; que haya ocurrido por lo menos dos veces por semana durante un mínimo de tres meses o que siendo la frecuencia menor, provoque un malestar clínicamente significativo al sujeto; con una edad cronológica igual o superior a cinco años o, cuando se trate de niños con retraso mental. con una edad mental equivalente.
Cuando recibimos a un niño que responde a las características de posible enurético lo primero que debemos hacer es descartar un posible fallo funcional. Para esto normalmente remitimos al niño su pediatra para que descarte cualquier patología médica.
Una vez que vuelve el niño a consulta con un diagnóstico médico veremos lo que podemos hacer en función de las conclusiones médicas. Así sólo sería correcto el diagnóstico de enuresis (por nuestra parte) si el componente orgánico no fuera tan importante como para explicar por sí solo la existencia del trastorno. Es decir, se diagnosticaría como tal sólo si la incontinencia estuviera presente antes de la aparición de la enfermedad o persistiese tras la aplicación del tratamiento adecuado.
De todas formas, lo normal es que la patología orgánica no esté presente pero siempre hay que descartar porque hay veces que sí aparece.
Habitualmente y a no ser que existan indicios para realizar un examen más riguroso, será suficiente con una exploración médica general del tracto urinario. A veces se utilizan técnicas muy invasivas que si es posible es mejor evitárselas al niño, pueden ser: pielografía, cistouretrografía, electromiografía de esfínteres y cistoscopia.
Una vez que tenemos todos los datos médicos y hemos visto que se trata de un caso que podemos abordar nosotros, pasamos a realizar la entrevista clínica, que en estos casos es absolutamente imprescindible.
Entrevista clínica
Debe incluir:
Evolución histórica y estado actual del problema enurético: cuándo se dan los ep*sodios (de día, de noche, en ambos). Los niños que sólo lo tienen por la noche tienen un mejor pronóstico al igual que los que solo presentan enuresis diurna También necesitamos saber si el niño había controlado anteriormente, al menos durante seis meses, o si el control estuvo siempre ausente. En el primer caso tenemos que indagar las circunstancias que han rodeado la aparición de los ep*sodios como cambios de colegio, separación de los padres, nacimiento de un hermano, muerte de un familiar... También nos interesa saber si el niño ha sido capaz de controlar fuera de casa como cuando sale de vacaciones o duerme en casa de un amigo, o si el control está totalmente ausente. También queremos saber si la enuresis es continua u ocasional, pues puede que sólo se de ante determinados acontecimientos como exámenes o vacaciones.
En cuanto al estado actual del problema tenemos que recoger información diferente según el tipo de enuresis.
Si presente enuresis nocturna:
• Si llega a detectar el inicio de la micción durante la noche pero no se levanta para ir al baño.
• Intensidad de los ep*sodios, lo podemos medir a través de la mancha de o***a.
• Frecuencia de las noches que moja la cama, así como si se da más de un ep*sodio en la misma noche.
Si presenta enuresis diurna:
• Si tiene sólo una pequeña pérdida de o***a antes de hacerlo en el baño o si moja toda su ropa sin que le dé tiempo.
• Si vacía completamente la vejiga cuando o***a o si sólo lo hace parcialmente.
En ambos casos:
• El número de ep*sodios por día/semana.
• La habilidad del niño para retrasar su visita al baño.
• Si siente la necesidad de ir al baño.
• La urgencia con la que siente esta necesidad.
• Si experimenta dolor cuando o***a.
• Qué tipo de sueño presenta el niño.
No podemos olvidar en esta parte de la entrevista que si el niño presenta dificultad para despertarse por la noche puede influir en el caso de usar alarma nocturna en la intervención.
Tomaremos nota también de las habilidades de autocuidado que presente el niño" vestirse y desnudarse solo, ir al baño sin que le acompañen.
Posible presencia de otros problemas en el niño: la enuresis puede verse acompañada de la existencia de otros problemas en el niño tales como: trastornos del sueño, ansiedad, impulsividad, déficit de atención, hiperactividad, baja autoestima, desajuste social, etc. En el caso de que tenga asociado otro trastorno deberá tratarse también pues la eficacia de) tratamiento quedaría reducida y aumentaría la posibilidad de recaídas.
Historia familiar de enuresis: entorno al 75% de los niños enuréticos tienen un familiar de primer grado que padeció el problema. Desde la orientación conductual pensamos que esto se produce por la facilitación de pautas de aprendizaje deficientes por parte de los padres.
TRATAMIENTO
Es importan te acudir con su médico pediatra para poder determinar el origen y dar manejo encaminado especifico.