20/10/2025
Cuando la tuberculosis ataca: el riñón también puede ser su blanco.
Lo que ves en esta imagen es un ejemplo impactante de tuberculosis renal, una forma extrapulmonar de la infección causada por Mycobacterium tuberculosis. Aunque muchos asocian la enfermedad únicamente con los pulmones, el bacilo puede viajar a través del líquido preciado hemático y alojarse en los riñones, donde permanece latente durante años antes de causar daño.
A la izquierda se observa un riñón con lesiones caseosas, masas amarillentas formadas por destrucción del tejido renal —el característico “caseum” o necrosis caseosa—. Estas áreas reflejan la lucha entre el sistema inmunológico y la bacteria.
A la derecha, un riñón más conservado muestra las cavidades y cicatrices resultantes de la infección crónica, que progresivamente deforman su estructura interna.
Cómo ocurre: El bacilo llega por vía hematógena desde un foco pulmonar primario y se establece en la corteza renal. Con el tiempo, la inflamación granulomatosa destruye el parénquima, compromete el sistema colector y puede extenderse a los uréteres y la vejiga.
Síntomas frecuentes (aunque muchas veces tardíos):
• Dolor lumbar persistente
• Micción dolorosa o con ardor
• O***a turbia o con sangre (hematuria)
• Infecciones urinarias recurrentes que no responden a antibióticos comunes
La tuberculosis renal es una enfermedad silenciosa pero destructiva, capaz de llevar a una insuficiencia renal si no se diagnostica a tiempo. Su identificación temprana mediante estudios de o***a, cultivo de micobacterias y pruebas de imagen puede marcar la diferencia entre preservar o perder la función renal.
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Recordatorio esencial: La información presentada tiene carácter académico y educativo. No constituye consulta médica, ni debe ser utilizada para autotratarse. Si tienes molestias o preocupaciones, consulta a tu médico de confianza.