Psicóloga Marisol Sebastián Rendón

Psicóloga Marisol Sebastián Rendón Información de contacto, mapa y direcciones, formulario de contacto, horario de apertura, servicios, puntuaciones, fotos, videos y anuncios de Psicóloga Marisol Sebastián Rendón, Servicio de salud mental, Carretera Pachuca-Actopan, Fracc Luis Donaldo Colosio, Pachuca de Soto, HGO, Pachuca.

Psicóloga & Psicoterapeuta
Transformo desafíos en crecimiento con ciencia y calidez.
•Espacio seguro y sin juicios
• Herramientas basadas en evidencia
(conductual contextual)
• Aceptación y acción valiosa
Ética + rigor científico.
• ACT •DBT •FAP

04/12/2025

Quiero agradecer a SUMA TV UAEH por la invitación a compartir un tema tan relevante en la actualidad: la cibercondría y su impacto en el bienestar emocional.
Fue un espacio valioso para dialogar sobre cómo la sobreinformación médica en internet puede aumentar la ansiedad y qué estrategias podemos aplicar para relacionarnos con la salud desde la conciencia y el autocuidado.

Agradezco profundamente la oportunidad de aportar desde la psicología clínica y las terapias contextuales, y de abrir juntos un espacio de reflexión para la audiencia.

Gracias por la confianza y por generar medios que promueven información responsable para el cuidado de nuestra salud mental. 💚🧠

Validar y regular nuestras emociones es un paso fundamental, pero no es el final del camino. Una vez que somos capaces d...
30/11/2025

Validar y regular nuestras emociones es un paso fundamental, pero no es el final del camino. Una vez que somos capaces de reconocer lo que sentimos y tranquilizar nuestro cuerpo y mente, surge una nueva pregunta: ¿qué hago con esta emoción? Aquí entra en juego la gestión emocional, que implica utilizar la emoción de manera asertiva para enfrentar aquello que la detonó.

Gestionar la emoción no significa dejarse llevar por ella, sino escuchar el mensaje que trae y transformarlo en una respuesta consciente. Toda emoción tiene una función: el miedo nos protege, la tristeza nos invita a soltar, el enojo nos señala un límite, la alegría nos conecta con lo valioso. Cuando logramos comprender esa función, la emoción deja de ser un obstáculo y se convierte en una herramienta.

La gestión emocional es el puente entre lo que sentimos y lo que decidimos hacer. Implica preguntarnos:
• ¿Qué me está señalando esta emoción?
• ¿Qué necesito?
• ¿Qué límites debo poner o qué recursos debo activar?
• ¿De qué manera puedo responder sin agredir ni agredirme?

Aquí aparece la asertividad como forma saludable de expresar la emoción. Ser asertivos no es reprimir ni explotar, sino comunicar lo que sentimos y necesitamos con claridad, respeto y firmeza. Es posicionarnos desde un lugar consciente y responsable, sin abandonar lo que sentimos ni ignorar lo que necesitamos.

Este proceso, validar, regular y gestionar nos permite pasar de la reacción impulsiva a la acción significativa. Nos ayuda a dejar de luchar contra lo que sentimos y a transformar la emoción en guía y fuerza para afrontar la realidad. En psicoterapia, esto no solo favorece el bienestar emocional, sino también la construcción de vínculos más sanos, decisiones más conscientes y una forma de vida más coherente con lo que somos.

Gestionar las emociones no significa dejar de sentir; significa aprender a sentir con sentido.

🎂 ¿Por qué no todos disfrutan su cumpleaños?Desde afuera puede parecer un día alegre, una excusa para festejar. Pero no ...
27/11/2025

🎂 ¿Por qué no todos disfrutan su cumpleaños?

Desde afuera puede parecer un día alegre, una excusa para festejar. Pero no para todos es así. Hay personas que, cuando se acerca la fecha, sienten incomodidad, ansiedad o incluso tristeza.
¿Y sabes qué? Eso también tiene sentido.

Desde las terapias contextuales, no buscamos juzgar ni forzar la emoción “correcta”, sino comprender el contexto interno que aparece. Un cumpleaños puede activar muchas historias:
• “No he logrado lo que debería.”
• “No me siento tan acompañado como quisiera.”
• “Otro año y sigo en el mismo lugar.”
• “Tengo que estar feliz, aunque no me sienta así.”

A veces, más que celebrar, se siente como un examen: ¿valió la pena este año?

Y cuando esa presión aparece, el cerebro pasa del festejo a la evaluación. Del disfrute… a la defensa.

🧠 ¿Qué hay detrás?

Quienes no disfrutan su cumpleaños muchas veces tienen un sistema emocional entrenado para anticipar juicio, decepción o comparación. No es debilidad: es aprendizaje.
Si creciste en un entorno donde el amor dependía de “portarte bien”, “cumplir”, “ser suficiente”… entonces recibir atención puede sentirse más amenazante que agradable.

No es miedo al cumpleaños.
Es miedo al espejo que sentimos que nos pone enfrente.

A veces confundimos paz con control. Creemos que para estar tranquilos todo debe alinearse, que nada debe salirse del pl...
22/11/2025

A veces confundimos paz con control. Creemos que para estar tranquilos todo debe alinearse, que nada debe salirse del plan y que cada detalle debe quedar asegurado. Pero si la calma depende de que todo salga bien… entonces no es paz, es vigilancia. No es serenidad, es tensión disfrazada.

La verdadera paz no llega cuando todo está en orden, sino cuando podemos sostenernos aun en medio del desorden. No surge del dominio, sino de la confianza. Controlar es cerrar los puños; tener paz es saber cuándo aflojarlos.

Quien necesita que todo salga perfecto para sentirse bien, vive con miedo a que lo impredecible lo visite. Y lo impredecible, tarde o temprano, siempre llega. La vida no pregunta si estamos listos: simplemente ocurre.

Por eso, la invitación no es a rendirse, sino a aprender a soltar con inteligencia. A reconocer que hay fuerzas que no se manejan… pero sí se pueden atravesar. Y que a veces, la paz no se construye dominando el entorno, sino respirando dentro de él.

El control agota. La paz acompaña.
El control exige. La paz comprende.
El control teme. La paz confía.

Quizá el punto no sea lograr que todo salga bien, sino descubrir que, incluso cuando no todo sale bien… todavía podemos estar en pie.

La gente te amará como puede, no como quieres.Porque cada persona entrega desde su historia, desde sus heridas y desde l...
22/11/2025

La gente te amará como puede, no como quieres.
Porque cada persona entrega desde su historia, desde sus heridas y desde la forma en la que aprendió muchas veces sin querer a sobrevivir. Hay quien ama con silencios, quien ama con distancia, quien ama con miedo… y no porque no sienta, sino porque no sabe hacerlo de otra manera.

A veces esperamos que el amor llegue exactamente como lo imaginamos: claro, seguro, constante. Y cuando no sucede, sentimos que algo en nosotros está fallando. Pero no siempre se trata de falta de amor; muchas veces se trata de limitaciones afectivas que no se nombran. Lo que alguien ofrece es lo que puede sostener… y eso no siempre coincide con lo que necesitamos.

Por eso, el único amor que recibirás plenamente a tu gusto será el que aprendas a darte a ti.
Ese es el amor que no depende de la aprobación externa, ni de los cambios de ánimo de otras personas. Es el amor que nace cuando te tratas con respeto, cuando validas lo que sientes, cuando decides no abandonarte por encajar.

Amarte no significa cerrarte al mundo, sino entrar en él desde otro lugar: el de quien ya no pide permiso para existir. Quien comprende que lo que recibe de los demás puede ser valioso, pero no es su única fuente. Que puede agradecer lo que le dan… sin dejar de construirse lo que le falta.

Porque al final, aprender a amarse no es un acto de egoísmo, sino de responsabilidad emocional.
Es entender que lo que puedas ofrecerte a ti mismo será siempre el suelo desde el cual podrás sostener todo lo demás

Después de cierta edad, ya no somos solo el resultado de nuestro entorno ni de la forma en que fuimos criados.Llega un m...
21/11/2025

Después de cierta edad, ya no somos solo el resultado de nuestro entorno ni de la forma en que fuimos criados.
Llega un momento en el que mirar hacia atrás sirve para entender… pero mirar hacia adelante es una elección personal.

Desde la terapia contextual, aprendemos que no estamos determinados por nuestra historia, sino por lo que elegimos hacer con ella. La vida no es solo lo que nos pasó, sino lo que decidimos construir a partir de eso.
Podemos elegir cómo responder, cómo relacionarnos y hacia dónde caminar.

Nuestra historia nos explica, pero no nos define.
El pasado puede doler, pero también puede darnos herramientas.
No se trata de olvidar, sino de elegir conscientemente cómo queremos vivir hoy…
con responsabilidad, con libertad y con sentido.

Porque al final, vivir no es reaccionar: es elegir. 💭✨

Avanzar no siempre es sentir menos dolor…A veces es entender para qué lo siento. O incluso, aprender a no huir de él.Los...
21/11/2025

Avanzar no siempre es sentir menos dolor…
A veces es entender para qué lo siento. O incluso, aprender a no huir de él.

Los avances terapéuticos no siempre se ven desde afuera: no siempre son grandes cambios, decisiones radicales o finales felices. Muchas veces son gestos sutiles, casi invisibles:
• Animarse a decir “no sé qué me pasa” sin miedo.
• Sentarse con la angustia un minuto más que ayer.
• Darse permiso para descansar sin sentirse culpable.
• Poder decir “esto me duele” sin sentirse débil.

En lugar de querer borrar el sufrimiento, la terapia contextual busca algo más profundo:
ampliar las opciones de respuesta.
Antes mi única reacción era evitar, bloquear, escapar. Ahora puedo detenerme, respirar, observar y elegir.

No se trata de eliminar pensamientos automáticos, sino de no actuar como si fueran órdenes.

A veces hay recaídas. Viejas conductas que regresan. Miedos que vuelven.
Pero avanzar en terapia no significa que nunca retrocedas, sino que cada retroceso ya no te borra. Te encuentra distinto. Con palabras nuevas, recursos nuevos, mapas internos mejor dibujados.

Porque en terapia aprendemos esto:
no se trata de que todo mejore… se trata de que tú puedas estar mejor en medio de todo.

Créditos: A quien corresponda

A veces la ansiedad llega como si fuese entrenadora de boxeo que no pedimos. No explica nada, solo grita: “¡dale, muévet...
21/11/2025

A veces la ansiedad llega como si fuese entrenadora de boxeo que no pedimos. No explica nada, solo grita: “¡dale, muévete!” Y uno ahí, en pijama, preguntándose si tiene que correr, llorar o hacer abdominales emocionales.

La mente empieza a llenar los espacios vacíos con finales terribles:
• ¿Me olvidé de apagar la luz?
• ¿Y si todos notan que la apagué mal?
• ¿Y si la luz emocional de mi vida también está mal apagada?

Pero la ansiedad no es mala por naturaleza. Es como ese amigo exagerado que siempre piensa lo peor… pero que, en el fondo, solo quiere que estemos seguros. Es protección disfrazada de drama.

La clave no es pelear con ella, sino entender su idioma. Porque cuando la escuchamos, baja el volumen del megáfono y empieza a hablar más bajito:

Ansiedad: no quiero que pelees… solo quiero que estés preparado.
Yo: ¿y si nos preparamos… con calma?
Ansiedad: bueno… pero igual lleva agua por si acaso.

A veces la batalla no es contra la ansiedad… sino contra la idea de que debemos luchar todo el tiempo.
Quizás prepararse, también puede significar aprender a respirar, sentir y seguir.

❤️‍🩹
21/11/2025

❤️‍🩹

Hay vínculos, etapas o heridas que simplemente se detienen, y aferrarse a la necesidad de entenderlo todo puede prolongar el dolor. El cierre, en muchos casos, no viene de afuera; nace dentro de ti, cuando decides dejar de esperar respuestas y eliges soltar la lucha por lo que ya no puede ser distinto.

El silencio puede doler, pero también puede ser una puerta. En él se encuentra la posibilidad de reencontrarte contigo, de escuchar lo que realmente sientes sin las voces del pasado. La aceptación no significa que estés de acuerdo con lo que ocurrió, sino que dejas de resistirte a la realidad. Es el momento en que dejas de preguntar “¿por qué pasó?” y comienzas a decir “pasó, y ahora sigo adelante”.

Ese tipo de cierre es más maduro, más profundo y más transformador. No depende de una conversación pendiente, sino de una decisión interna: la de elegir paz por encima de la explicación. Cuando entiendes esto, aprendes que sanar no siempre se trata de entender, sino de liberar. Y en ese silencio que antes dolía, empieza a crecer una calma que, poco a poco, te devuelve a ti mismo.

20/11/2025

A veces, cuando una persona llega conmigo atravesando algo difícil, me pregunta con cierta desconfianza si realmente va a lograr salir de eso. Y es completamente entendible: cuando uno está dentro del túnel, la salida se siente muy lejos, casi imaginaria.

Algo que siempre observo en consulta es que la sensación de “esto no va a cambiar” suele venir más de la experiencia acumulada que del presente. Si antes te costó pedir ayuda, si viviste situaciones donde tus intentos no dieron resultado o si aprendiste a afrontar todo en silencio, es lógico que tu primera reacción sea dudar.

Pero también he visto que cuando las personas empiezan a modificar pequeñas acciones, por mínimas que parezcan, el camino cambia. No porque “piensen positivo” sino porque hacen algo diferente a lo que la situación les ha enseñado a repetir.

Por eso, cuando se acompaña alguien en un proceso así, no se trata de prometerle que todo será fácil, sino de mostrarle que avanzar es posible. No porque tenga una bola mágica, sino porque he visto cómo, paso a paso, otras personas que estuvieron en lugares muy parecidos lograron construir algo mejor para sí mismas.

Salir adelante no es cuestión de suerte: es un proceso que empieza con pequeños movimientos que quizá aún no ves, pero que cuentan. Y si hoy no encuentras la salida, no significa que no exista… solo que estás dando los primeros pasos hacia ella.

En terapia conductual aprendemos que los pensamientos y las emociones no son peligrosos en sí mismos: son estímulos inte...
19/11/2025

En terapia conductual aprendemos que los pensamientos y las emociones no son peligrosos en sí mismos: son estímulos internos que aparecen, cambian y desaparecen. Lo que determina nuestro bienestar no es lo que sentimos, sino cómo respondemos a eso que sentimos.

Desde esta mirada, podemos observar nuestras emociones sin actuar inmediatamente sobre ellas. Sentir enojo no significa atacar. Sentir tristeza no significa escapar. Sentir miedo no significa rendirse.
Las emociones no son órdenes: son información.

Entre lo que siento y lo que hago… existe un espacio.
Ese espacio es la libertad de elegir nuestra conducta.
Ahí es donde ocurre el cambio terapéutico.

Una sensación corporal, un pensamiento o un recuerdo no tienen el poder de decidir por ti. En lugar de reaccionar automáticamente, puedes responder conscientemente. Eso se aprende, se entrena y es parte del proceso de terapia: construir nuevas formas de actuar que no dependan del impulso del momento, sino de lo que realmente quieres para tu vida.

Porque no todo lo que sientes necesita convertirse en una acción.
A veces, solo necesita ser comprendido, atravesado o acompañado.

Puedes sentir… y aun así elegir cómo actuar.
Ese es el comienzo de la verdadera libertad conductual y emocional.

La culpa puede volverse especialmente intensa cuando se trata de poner límites en las relaciones, sobre todo en una amis...
15/11/2025

La culpa puede volverse especialmente intensa cuando se trata de poner límites en las relaciones, sobre todo en una amistad que ya no encaja con quién eres o con hacia dónde quieres ir. Muchas veces sabes que esa conexión ya no contribuye a tu crecimiento, que te drena o te desvía de tus objetivos, pero aun así te quedas. No por amor real, sino por miedo a herir, por esa sensación incómoda de estar “fallando” a alguien.

El problema es que la culpa, cuando no la cuestionas, te hace cargar con una responsabilidad que no es completamente tuya. Te convence de que elegir por tu bienestar es egoísta. Te empuja a sostener vínculos que ya no te sostienen a ti. Y mientras tanto, te aleja de cuidar tu propio espacio emocional, mental y vital. Te deja atrapado entre lo que sabes que necesitas y lo que temes provocar.

Gestionar esa culpa no significa volverte frío ni indiferente, sino entender que honrar tus límites también es un acto de honestidad y de respeto hacia ti y hacia la otra persona. Forzar una amistad por obligación solo genera desgaste y silencios incómodos. En cambio, permitirte reconocer que una etapa ha terminado abre la puerta a relaciones más alineadas, más sanas y más auténticas.

Soltar una amistad no invalida lo que alguna vez significó. Solo reconoce que ambos han cambiado. Y aunque duela, priorizar tu bienestar no es lastimar a alguien: es cuidarte a ti, y a veces también evitar sostener vínculos que, por inercia, podrían dañarlos a los dos. La culpa se suaviza cuando entiendes que elegir tu camino no es traicionar a nadie, sino ser fiel a ti mismo.

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