01/11/2025
💀💀
La Catrina a Óptica Krystal un día llegó,
buscaba a quién llevarse a la óptica del panteón.
Su vista necesitaba, y mucho buscó,
lentes y armazones de diseñador quería, y a Krystal su elección sería.
Primero a la sucursal Walmart quiso entrar,
pero Gabriela de mala cara la hizo esperar.
Cerraba a ratos y vendía muy poco,
“Mejor sigo mi ruta, aquí no hay ningún foco.”
“Esta no me sirve, tan seria y sin calor,
no la llevo al panteón, aquí no hay amor.”
Luego a la sucursal Exprés decidió pasar,
Angélica la atendió sin descansar.
Aunque poca gente allí se veía,
la flaca sonrió y siguió su travesía.
“Es amable y atenta, eso no lo niego,
pero con tan poca clientela, no la llevo al ruego.”
Al fin a la sucursal Centro logró arribar,
y Lulú en tacones todo empezó a coordinar.
Mantenía la limpieza y la organización,
haciendo de la óptica un lugar de admiración.
Alfredo siempre sonriente y veloz,
era quien más clientes atendía, ¡qué gran voz!
Jorge a veces los lentes equivocaba,
y la Catrina pensó: “No, este me falla.”
Paola distraída con mil cosas en la cabeza,
también fue descartada por su poca certeza.
Juanito flaquito, que se podía confundir,
pasó a su lado y la flaca no lo quiso seguir.
El doctor Hernández, con tecnología y gran precisión,
miró pupilas, retina y presión ocular con atención.
La calaca quiso llevárselo al panteón,
pero él tan cuidadoso… ¡mejor dejo la misión!
Jose con sus lentes perfectos y sin error,
también escapó del abrazo del terror.
Entre armazones y lentes de diseñador,
la Catrina vio que había gran amor.
Aunque pensó en llevárselos a todos al panteón,
cada uno tenía su virtud y razón.
La muerte se rió y moraleja dejó:
“En Óptica Krystal, donde la calidad y garantía no cuestan más,
aunque haya prisas y algún error,
el cliente feliz siempre vuelve con ilusión.”