01/03/2022
Por la tarde llegó Tomasito. Fue una de las últimas consultas de un día difícil, de esos densos, pesados. Luego de varias horas de gritos y berridos, mocos, toses y vomitadas, francamente estaba cansado.
Tomasito venía a su primera consulta conmigo, por un problema banal, rutinario. De esas consultas fáciles que cuando el cansancio aprieta, se agradecen; o eso pensaba yo...
Él es un niño grande para sus seis años y es fuerte. Está bajo tratamiento con un grupo multidisciplinario porque tiene trastorno de espectro autista (TEA).
Tomasito no coopera para su revisión, y eso hace que la consulta sea muy difícil. Me puso a pensar en lo complicado que debe de ser el día a día para su madre y su familia.
El autismo no fue el motivo de la consulta ni el TEA es algo que yo deba atender. Lo dejo en manos de los especialistas. Conmigo llegó por otra cosa para la cual nada más le extendí una receta.
Lo que quiero compartir es lo que vi en la mirada de su mamá. Esa férrea, absoluta determinación por sacar a su hijo adelante, contra todo y contra todos. Ella no se va a rendir.
Quiero hacer un reconocimiento a todas esas familias que están enfrentando un problema de TEA. La mamá de Tomasito las representa a todas. También está cansada y mucho más que yo, pero no de un día, sino de años de angustias y desvelos. Cansada de los juicios, las incomprensiones, la discriminación y la ignorancia de una sociedad insensible, que, por su falta de empatía, resulta brutal.
Podríamos ayudarle quitándole los obstáculos del camino, representados por nuestra inconsciencia.
La mamá de Tomasito es una mujer valiente. Enfrenta al problema que tiene y los que la gente le inventa.
Atravesamos tiempos difíciles y las dificultades son mayores para quienes, además de salir a ganarse el pan todos los días, deben dedicarle su tiempo, su esfuerzo y su paciencia a ese hijo tan amado y tan único, que necesita un tipo de ayuda diferente.
Apoyar y no juzgar. No señalar y, si no sabemos de qué se trata, entonces callar. Que mucho ayuda el que no estorba.
Fuerza y valor para las familias que enfrentan un TEA.
¡Saludos!