06/03/2021
Cuidado con productos y alimentos diversos que dejen al alcance de los niños.
Hola amigos:
- Doctor: Tomasito se comió la comida del gato. Toda…
- Doctor: Margarita se comió la tierra de las macetas.
- Doctor: Tomasito se tomó el agua del excusado…
- Doctor: Margarita se bebió las ampolletas de probióticos que le recetó la semana pasada, completas.
- Doctor: Tomasito comió Resistol 5000…
Y así.
Todos estos casos son reales y ocurrieron en los últimos 15 días. De hecho, del niño que se comió la comida del gato me pasaron foto. Efectivamente, estaba feliz, comiendo alegremente las croquetitas de “Whiskas” con el minino, quien no tenía problemas al compartir su desayuno con el inesperado comensal.
Comerse la comida del perro o del gato, la tierra de las macetas, el agua del excusado, incluso el pegamento y los medicamentos irresponsablemente dejados a su alcance, puede ser tan grave como la cantidad consumida, o tan peligroso como los tóxicos que contenga el producto.
Pero en general, con todos estos ejemplos, muy reales les digo, a los niños no les pasa nada o casi nada. Pero eso no implica que no hubo un descuido.
Hay historias de terror. Hay sustancias qué si dejas al alcance de tu Tomasito, nunca, nada volverá a ser igual. Una de ellas, que es de la que quiero advertir hoy, son las sustancias cáusticas. La sosa, la potasa, la lejía. Son alcalinos fuertes que se usan para limpieza de los hornos o para destapar caños en el hogar.
Un trago del destapacaños o del líquido para limpiar el horno puede desbaratar el esófago de tu hijito y no hay manera de arreglarlo. Empieza un “viacrucis” que suele acabar en la muerte.
Al ver tantas llamadas y tan a menudo, de pequeños descuidos inofensivos o casi inofensivos, se me encienden las alarmas: ¿Estamos vigilando bien a nuestros hijos?
Nunca subestimes la capacidad trepadora de tu bebé. Aunque todavía no camine. Hay niños que saben escalar las rejas de las ventanas y los anaqueles de tu baño o tu cocina con sorprendente habilidad, y lo harán precisamente cuando no estés a la vista.
Recuerda que si el niño alcanza algo, es que está a su alcance, aunque según tú, no lo esté.
No quiero volver a ver en mi vida a un niño que le dio un trago a la sosa.
Ayúdame compartiendo.
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¡Saludos!