14/10/2025
🌎 “Cuando mamá olvida el camino”
María Teresa tiene 78 años. Fue maestra de primaria durante más de tres décadas en un barrio tranquilo de Puebla.
Su letra seguía siendo hermosa hasta hace poco, cuando empezó a escribir su nombre con algunas letras cambiadas. “No pasa nada, solo me distraigo”, decía con una sonrisa tímida.
Tiene dos hijos: Luis y Javier.
Luis, el mayor, médico, comprendió desde el principio lo que estaba ocurriendo. Javier, ingeniero, prefirió negarlo un tiempo. “Solo está cansada, ya ves que siempre fue olvidadiza”, insistía.
Ambos tenían razón… y ambos sufrían.
Un día, María Teresa confundió la cocina con el baño. Otro, salió a buscar a sus alumnos. Había pasado diez años desde su jubilación.
Fue entonces cuando el diagnóstico llegó: enfermedad de Alzheimer en etapa inicial.
Luis tomó el papel de cuidador principal. Aprendió a hablarle despacio, a mirarla a los ojos, a no corregirla cuando confundía nombres.
Javier, más impaciente, necesitó tiempo. Hasta que una tarde, al verla acariciar una foto de su infancia y decirle “qué bonito niño, se parece a mi hijo”, comprendió que el amor de una madre no se borra, solo cambia de idioma.
Los hermanos decidieron turnarse para cuidarla.
Cada domingo, la llevan al parque donde solía leer cuentos a sus alumnos. Allí, con una sonrisa que parece venir desde el alma, María Teresa dice:
—Qué bonito día, ¿no?
Y ellos responden:
—Sí, mamá. Muy bonito.
No importa si ya no recuerda sus nombres.
Ellos recuerdan el suyo, y eso basta para que el amor siga teniendo sentido...
