07/11/2025
⚡ Cuando reprimes una emoción, tu cuerpo la siente por ti
TE. INVITO A UNA CLASE CONMIGO.
Cada vez que intentas no llorar, que tragas una respuesta o finges que estás bien, tu cuerpo se encarga de sentir lo que tu mente intenta negar.
Las emociones no desaparecen por ocultarlas, solo cambian de forma… y muchas veces, esa forma es el dolor físico.
Desde la neurociencia, sabemos que las emociones nacen en el sistema límbico, una red cerebral que incluye la amígdala, el hipocampo y el hipotálamo.
Cuando reprimimos una emoción —por miedo, culpa o costumbre—, el cerebro activa el sistema nervioso simpático, el mismo que se enciende ante el peligro.
El cuerpo entonces libera adrenalina y cortisol, preparando una defensa…
Pero como no hay un peligro real, esa energía queda atrapada dentro del cuerpo, generando tensión muscular, dolor de cabeza, fatiga o problemas digestivos.
🧠 Así reacciona el cuerpo ante la represión emocional:
💢 Los músculos se tensan, especialmente cuello, mandíbula, espalda y estómago.
💢 La respiración se vuelve corta y superficial.
💢 El sistema digestivo se altera (gastritis, colitis, reflujo).
💢 Aumenta la presión arterial y el ritmo cardíaco.
💢 El sueño se fragmenta, el cuerpo no descansa aunque duermas.
El cerebro, al detectar esta incoherencia entre lo que sientes y lo que expresas, mantiene activado el modo “alerta”.
Por eso hay personas que viven cansadas, con ansiedad constante o sensación de opresión en el pecho:
su cuerpo está haciendo el trabajo emocional que su mente no se permitió hacer.
Sanar no consiste en no sentir, sino en aprender a sentir con compasión.
Permitir una emoción no la intensifica: la libera.
Porque todo lo que reprimimos, el cuerpo lo repite… hasta que lo escuchamos.
No estás débil por llorar, ni exagerada por sentir.
Tu cuerpo solo está pidiendo permiso para descansar de tanto sostener lo que callas.
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Myriam Hernandez
Clase Lunes Miércoles y Viernes 10:00 am
Blv mil Cumbres 970 Col Cumbres.