15/10/2025
🌸 Nacer sin vida también es nacer.
Y también debería ser respetado.
Hoy quiero compartir con ustedes el relato del primer acompañamiento que realicé a una pareja a quien su médico tuvo que decirle las palabras más temidas durante el embarazo:
“No hay latido.” 😔
Era sábado 13 de junio de 2019. Mientras acompañaba a una pareja en trabajo de parto, una médica con la que colaboraba salió de la sala y comenzó a hablar con una ginecóloga. Me llamó y me preguntó:
—¿Tú eres psicóloga, verdad?
—Sí.
—¿Has trabajado con duelos perinatales?
—Sí…
Entonces me dijo:
—¿Podrías subir a apoyar a una mamá que acaba de perder a su bebé de 21 semanas?
Recuerdo haber pensado: Qué cosas tiene la vida… mientras acompaño a una madre para recibir a su bebé vivo, me piden acompañar a otra que deberá prepararse para despedirse del suyo.
El corazón de su bebé ya no latía. Su bebé nacería sin vida.
Me tocó acompañar a esta pareja en uno de los momentos más dolorosos que una familia puede atravesar: la muerte de su bebé.
Afortunadamente, el hospital permitió que no compartieran la sala con madres que estaban en trabajo de parto con bebés vivos. Sin embargo, al momento de la expulsión, tuvieron que pasar por la misma sala de partos, y otra madre presenció su dolor.
Y me pregunté:
¿Qué se hace en estos casos, cuando se entrelazan en un mismo espacio el nacimiento y la despedida?
La madre y su pareja tuvieron la oportunidad de tomar a su bebé entre sus brazos, besarlo y despedirse de él. Después, lo presentaron a su familia: abuelos maternos y paternos también pudieron decirle adiós. 🌷
Un episodio tan devastador que debería estar contemplado en los protocolos hospitalarios, garantizando intimidad, contención emocional y respeto para las familias que viven esta experiencia.
En el estado de Coahuila por fin existe la “Ley Mariposa”, que reconoce el derecho de madres, padres y familias a despedirse de sus bebés fallecidos durante el embarazo o al nacer.
Sin embargo, lamentablemente no se aplica en todos los hospitales, y aún queda mucho camino por recorrer para que cada pérdida perinatal sea tratada con la dignidad y humanidad que merece.
Además, se ha normalizado la pérdida durante las primeras semanas de gestación, como si el dolor fuera menor o “no contara”.
Pero toda pérdida duele, sin importar el momento en que ocurre.
Muchas mujeres viven ese duelo en silencio, sin buscar apoyo emocional, creyendo que deben superarlo solas o que “no era un bebé todavía”.
Y eso también es una herida que necesita ser acompañada y validada. 🤍
Todas las mujeres y sus parejas merecen ser acompañadas, vivir su duelo y sanar su herida.
Porque nacer sin vida también es nacer, y cada historia merece ser honrada. 🌸
Yadira García Marines, Psicóloga perinatal y Doula