28/10/2025
Durante años nos enseñaron que ser hombre era sinónimo de dureza, control y orgullo.
Pero deconstruirse no es perder eso, sino entender que también hay fuerza en pedir ayuda, en mostrarse vulnerable o en elegir la calma sobre el impulso.
No hay nada de malo en la masculinidad; lo problemático es creer que solo existe una forma correcta de ser.
Eres libre de ser como quieras, mientras te sientas bien y no dañes a nadie.
El verdadero crecimiento no está en ganar cada batalla, sino en dejar de pelear contra uno mismo.
Porque cuestionarse no te quita poder, te da libertad.